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—De verdad no puedo creer que te hayas peleado —lo regañé de camino al departamento—. Se suponía que habías dejado de ser un buscapleitos desde la universidad.
—Esta vez no fue mi culpa, un tipo simplemente llegó y me sacó de la fiesta para golpearme —se excusó mientras hacía muecas de dolor.
—¿Lo conocías?
—No —negó sin más.
Suspiré mientras lo miraba de reojo, se veía en mal estado. Tenía el labio roto, uno de sus ojos se pondría morado al amanecer, su camisa estaba manchada de sangre y apenas y se podía mover.
Espero que al menos se haya defendido.
Lo que restaba de camino al departamento fue en silencio, sólo escuchaba ligeros quejidos por parte de Porco. Al llegar, me estacioné y rápidamente bajé del auto para ayudarlo a bajar a él también. Colocó su brazo sobre mis hombros y cerré la puerta para así cerrar con el seguro del control remoto.
A paso lento entramos al edificio con dirección al ascensor el cual este nos llevó a mi piso.
Al darme cuenta ya estábamos entrando al departamento.
—¡Dios mío! —Historia exclamó con preocupación.
—Te dieron una paliza —el semblante de Ymir era neutral—. ¿No metiste las manos, verdad?