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La vida después de irme fue difícil, muchos meses fueron los que estuve alejada de la gente que amaba. El excesivo trabajo y el diferente horario me impedían tener una buena comunicación con mi familia y amigos, así que hablaba con ellos muy pocas veces.
Varios meses antes de mi boda, Pixis me había recomendado con Willy Tybur para formar parte de su equipo de trabajo al otro lado del mundo; en su momento pensé que era una oportunidad poco probable pues iba a casarme con Porco y mis planes eran totalmente diferentes, pero después de lo sucedido ese veinte de noviembre lo único que quería era desaparecer de la faz de la tierra y si no era eso posible, al menos alejarme de lo que conformaba mi pequeño mundo de infelicidad y desgracias era suficiente.
Los primeros meses fueron los más complicados; varias veces estuve a punto de regresar porque no soportaba la distancia y extrañaba tanto a todas las personas importantes en mi vida pero había algo dentro de mí que me lo impedía. Sabía que aún estaba herida y mi salud mental yacía debajo de la planta de mis pies. Necesitaba de una vez por todas salir de todo el daño emocional que alguna vez me fue causado y estar lejos de lo que me recordaba mi pasado me ayudaría mucho.
Las semanas pasaban lento, se me hacía una dolorosa eternidad vivir con tantos recuerdos nostálgicos que atormentaban mis pensamientos. Afortunadamente mi jefe, Willy Tybur, me mantenía concentrada en el trabajo y a pesar de que era bastante serio y reservado sabía escuchar y daba unos increíbles consejos.
