Capítulo 17

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- hola, ¿cómo estás? - dije con cautela mientras entraba a aquella habitación blanca. Lisa ni siquiera me miró. - vine a ver cómo seguías. -

Me senté a un lado de su camilla, acerqué un poco la silla y posicioné mi mano en su helada mejilla, mojada por sus lágrimas. Cerró los ojos y suspiró.

- me gusta que hagas eso. - soltó en un débil hilo de voz. Sonreí de lado y suspiré.

Verla en este estado me apachurraba el corazón.

- ¿qué cosa? - dije con una pequeña risita. Lisa sonrió débilmente y me vio a los ojos. Su mirar era pesado.

- que aprietes los labios - dijo mientras agarraba mi mano con dulzura. Me acerqué un poco más a ella y limpié con cuidado el rastro de lágrimas saladas.

Mantuvimos nuestras miradas fijamente, ninguna de las dos la apartaba, ambas nos decíamos lo mucho que nos necesitábamos con los ojos.

- tengo miedo. - dijo en un susurro. Fruncí un poco el ceño y le acomodé dos mechones rebeldes. - no me gustan los hospitales. - dijo con la voz de un bebé, a lo que reí un poco.

- bueno, dijeron que en unos minutos podrías irte a casa. - dije tranquilamente. Ella simplemente suspiró y se volteó al otro lado de la cama, dándome la espalda.

- ir a mi departamento, es como estar en el hospital, incluso creo que me siento mejor estando aquí. - soltó con tristeza. Sentí un hueco en mi pecho, y la necesidad de abrazarla se hizo presente... Pero

¿Debería?

- al menos aquí tengo la mente ocupada con la espantosa comida, o con lo feas que son las ventanas. - dijo con los ojos cerrados. Suspiré y me levanté con cuidado, tomé un libro de mi bolso, y me acosté a un lado de ella en la camilla; Lisa se giró expectante, pues sintió el peso de mi cuerpo a un lado suyo.

- discos de vinilo, no es una historia muy original. - soltó al aire. La miré con cautela y negué lentamente.

- Es para mí tesis de la maestría, y déjame decirte que es bastante buena la trama. - dije con un toque de irritación por su arrogancia. Lisa se incorporó y colocó su cabeza en mi pecho, mi corazón comenzó a latir al mil por hora y mi cuerpo se tensó.

Rió por lo bajo.

- también me gusta que hagas eso. - dijo mientras trazaba ligeros patrones con sus dedos en mi estómago. - dime por favor que no soy la única. - dijo en un susurro audible. Cerré los ojos y suspiré.

- ¿de qué hablas? - pregunté muy por lo bajo. Ella dejó de hacer su movimiento con las manos y se levantó de mi regazo. Maldecí a los mil cielos.

- Jennie, sé que no nos conocemos del todo. - dijo. - en realidad, no nos conocemos en nada. - soltó con una risita nerviosa. - pero has hecho por mí en tres horas, lo que mi madre no pudo en toda mi vida. - dijo con tristeza mientras retoma a su posición inicial. - tus pacientes deben estar muy contentos por tenerte como su terapeuta. -

Humedecí mis labios un poco y coloqué la palma de mi mano en su cabellera castaña. Acaricié con cuidado y dulzura. Lisa soltaba suspiros de vez en cuando.

- ¿me dejas decirte algo? - pregunté por lo bajo. Lisa levantó un poco su rostro y me miró a los ojos con emoción. - no hago esto con mis pacientes, Lisa. - solté sin más. Lalisa se levantó de golpe, provocando una fuerte jaqueca en ella. - no, no, acuéstate, no puedes hacer movimientos bruscos, Lalisa. - le reprimí.

Lisa se agarró la cabeza con fuerza e hizo una mueca de dolor inhumano. Me incorporé y sobé tediosamente sus sienes, provocando una sensación de alivio en ella.

- ¿mejor? - pregunté débilmente mientras la observaba, ella tenía los ojos cerrados y sacaba aire pesado de su boca. El calor de su aliento mentolado me embriagaba, a decir verdad, mi impulso de besarla incrementaba cada vez más... Pero

¿Debería?

- además tienes manos mágicas. - dijo en un susurro. Reí un poco. - gracias, de verdad. - dijo mientras cogía mi mano derecha y se la llevaba a su mejilla derecha, a la par, abría los ojos suavemente.

Nos sonreímos.

- yo... - dijo mientras veía con ternura mis labios. Inconscientemente los lamí, provocando un ligero sonrojo en ella. - es decir, ¿por qué me ayudas de esta manera? - dijo mientras soltaba mi mano con cuidado y tomaba un poco de distancia conmigo.

Auch.

- bueno, dio la casualidad de que estábamos en el mismo bar, entonces Ma... - dije pero me cayé. ¿Debería omitir la parte en la que menciono a Malik? Digo, sería totalmente irrelevante mencionar a ese idiota.

- ¿entonces? - dijo con un tono de ¿intriga? ¿Decepción? Tal vez los dos.

- entonces Malik y yo nos acercamos en el momento en que te vimos caer de la silla. - terminé. No la omití.

- entonces si soy la única... - dijo en un susurro casi inaudible. - vale, ya veo, gracias por arruinar mi muerte. - dijo un poco más fuerte mientras se daba la vuelta, dándome la espalda.

- no digas eso, Lili, realmente nos preocupamls por ti. - dije con tristeza. - he estado aquí durante más de cuatro horas, y temía con que me dieran la peor noticia. - terminé de decir mientras intentaba abrazarla, pero me empujó brusca y dolorosamente.

- no necesitaba de tu ayuda, ni mucho menos de la de tu Novio. - dijo con decepción. Un sollozo salió de ella.

- ¿te encuentras bien? - pregunté con preocupación. Me ignoró. - Lalisa, ¿Estás Bien? - volví a preguntar mientras me acercaba un poco a ella y la tomaba del hombro izquierdo. Bufó.

- en perfecto estado, como para correr un maratón. - dijo con sarcasmo mientras se daba la vuelta hacia mí, mostrándome una sonrisa falsa.

Mis ojos se aguaron. No entendí porqué había reaccionado de esa manera.

- firmaré tu salida y te llevaré a casa. - dije con las voz rota. Maldecí a todos los cielos por ser tan sensible.

- me da igual. - soltó.

Me bajé con cuidado de la camilla, acomodé mi ropa y suspiré. Caminé hacia la puerta sin intención de voltearle a ver.

- Jennie... - dijo con la voz rota también. Me giré hacia ella con la cabeza gacha. - tu libro, lo olvidas. - dijo y se llevó una mano a la cara, intentando esconder dos lágrimas desenfrenadas.

- vale, gracias - dije, y salí.








Nota del autor:

Bueño, nada más pasaba a decirles que me disculparan por no actualizar en estos tres días, pero había estado con mucha tarea y realmente jamás pensé tener vistas en mi historia, así que les agradezco de todo corazón las 120 vistas. Sé que son poquitas, pero no saben cuánto significa.

Les agradecería muchísimo que interactuaran, así sabría qué poner en los siguientes capítulos o qué no poner:(

Nos leemos en el próximo capítulo.

Love only, Ferchotas.

Discos de vinilo [ Jenlisa +18 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora