Discos de vinilo [ Jenlisa +18 ]

Capítulo 12

- ¿me dejas pasar a tu baño? - dijo desde la puerta de mi departamento. Sonreí un poco y asentí, dándole paso a la lujosa pieza.

El trayecto hacia mi edificio fue en completo silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones y el sonido de la ciudad. Habíamos llegado hace aproximadamente cinco minutos, y por alguna extraña razón no quería que se marchara aún.

- ¡no te lo puedo creer! ¡¿Coleccionas discos de vinilo?! - gritó mientras saltaba frenéticamente desde la sala de mi pieza. - ¡yo también! - dijo mientras se acercaba a mi y me envolvía en un abrazo. Me tensé un poco por eso y ella pudo notarlo. - oh, lo siento, no sé porqué hice eso, fue un impulso. - dijo nerviosa mientras se alejaba cautelosamente de mi.

No quería que se sintiera incómoda o rara por eso, así que mi único pensamiento en mente fue traerla a mi y abrazarla.

- fue un impulso que también sentí, pero no me atreví. - dije tranquilamente en el abrazo. Jennie se apretó un poco más fuerte a mi y escondió su cabeza en mi cuello.

- no lo entiendo, trato pero no lo logro. - dijo aún contra mi cuello. Giré un poco mi cabeza y la apoyé en la suya. - ¿cómo alguien es capaz de hacerte daño? Llevo tres horas contigo y... - habló, pero no concluyó.

- ¿y...? - dije en voz baja esperando alguna respuesta de su parte. Respuesta que nunca llegó.

Nos separamos del abrazo implorando que no fuera el último, nuestras miradas pedían a gritos un beso, un abrazo, una caricia, pero a diferencia del impulso anterior, ninguna se atrevió.

- bueno, yo... Creo que me voy. - dijo no muy convencida. Mi mirada de tristeza por la oración que había formulado se hizo notar.

Tenía que hacer algo, era la primera vez en muchos años que no quería tirarme de un precipicio.

Jennie había empezado a caminar hacia la puerta, al parecer estaba muy decidida en irse. Tal vez yo era la única en ésta sala que confundía las cosas.

Bufé a lo bajo y me senté de golpe en el mueble, ella no tenía intensión alguna de frenar su caminar.

- ni siquiera fuiste al baño. - dije para mi misma. La psicóloga frenó por unos segundos y negó con la cabeza, pero continuó su camino.

- nos vemos, Lalisa. Cualquier cosa que necesites me puedes marcar. - dijo y se fue, cerrando la puerta principal de mi departamento.

Un aire de tensión y tristeza volvió a mi, recuerdos y pensamientos envolvían mi mente. Me sentía miserable una vez más.

Pov Jennie.

Londres, Inglaterra. 3:50 p.m.

Salí corriendo del edificio de aquella muchacha que me había robado el aliento en cuestión de horas. Estaba completamente segura que sí seguía ahí algo más terminaría pasando.

- ¿si? - contestó al teléfono mi mejor amiga. Exhalé en alivio mientras sacaba torpemente las llaves de la camioneta.

- ¡Jisoo! Necesito que pases por mi al consultorio, urgentemente. - dije mientras entraba al interior del vehículo y encendía su motor. - conocí a alguien... - dije lo último con una sonrisa que me hubiera gustado eliminar.

- ¿qué? ¿En serio? - preguntó sorprendida. Rodé los ojos y reí un poco. - iré por ti en diez minutos, necesito detalles, tabla. - dijo y colgó.

¿Era una exageración pensar que aquella castaña era jodidamente linda? Es que, sí, era evidente que estaba enferma, pero, realmente su físico no me importó en lo absoluto. Simplemente era diferente al resto.

Jamás había sentido esto con ningún otro chico, estaba completamente interesada en ella, en todos los sentidos. Supe que me causó algo porque coño, a ningún paciente le había tratado así, mucho menos dado mi jodido desayuno.