Capítulo 13

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- ¿a qué te refieres con que la bañaste? - preguntó Jisoo en estado catatonico. Sonreí nerviosa ante su evidente confusión. - Jennie, yo siempre he dicho que eres una mujer muy caritativa y hermosa, pero ¿bañar a una desconocida? - dijo entre risas nerviosas.

Eran las cuatro de la tarde, Jisoo había pasado por mi y justo ahora nos encontrábamos en una cafetería de Londres, una muy conocida.

- Jisoo, no lo entenderías, esa chica imploraba ayuda, y sinceramente no veo porqué negarsela. - dije justificandome. Jisoo se llevó las manos a su cabello en frustración y exhaló.

- ¡lo sé, idiota! - dijo en un grito ahogado. - no se le debe negar la ayuda a nadie, pero carajo, ¿qué tal si esa niña resultaba ser alguien peligrosa? ¿Y si te mintió? ¿Y si realmente te... - dijo en preguntas concretas y consecutivas, pero la interrumpí.

- estás exagerando demasiado. - dije rodando los ojos exhausta. - además, debiste verla, hasta una mosca podría terminar con ella tranquilamente. - dije para después darle un sorbo a mi café.

- a ver, psicóloga. - dijo en un tono de voz desagradable. Rodé los ojos una vez más. - ¿si ves la magnitud del asunto? - preguntó preocupada mientras golpeaba con las yemas de sus dedos el bote de café.

Sinceramente yo no veía nada malo en esa chica, me atrevería a decir que había una conexión entre nosotras, una muy particular.

- no, no veo nada de malo en lo que sucedió - dije sincera. Jisoo resopló y asintió rendida. - ¿qué hay de malo con que la haya ayudado? -

- por un carajo, Jennie, el problema no es que la hayas ayudado. - dijo irritada en un grito, causando la mirada de todos en el lugar. - el problema no es eso, ¿si? - dijo en un susurro viendo a todos los de la cafetería apenada. - el problema es que evadiste las normas de seguridad y tú trato hacia ella no fueron éticos. - concluyó.

Resoplé desganada y me llevé las manos a la cara. Solté un quejido y negué.

- su novio la maltrata. - dije aún con las manos en mi rostro. Jisoo frunció el ceño y tomó un sorbo de su café. - no me dijo qué le hacía exactamente, pero estaba llena de marcas horribles en todo su cuerpo.- dije frustrada.

- y por eso soy lesbiana, los hombres son tan idiotas en algunas ocasiones. - dijo Jisoo en desaprobación.

- ¡no, jisoo! Esto va más allá de eso, esa pobre chica no tiene a dónde ir, está sola en esto y yo le di una mínima puta esperanza a su vida. - solté con enojo mientras me levantaba de mi asiento en mi desesperación. Jisoo abrió los ojos como plato y se levantó de igual manera. - ¿Podrías tan siquiera intentar entenderla? Debiste verla, estaba tan jodidamente vulnerable. - dije con la cabeza gacha. - y sí, actúe de forma no ética ante mi trabajo, pero fui humana, tuve sentimientos hacia su historia, ¡no soy un maldito robot sin corazón! - dije con las lágrimas amenazando a salir.

Jisoo negó preocupada y corrió hacia mí para darme un abrazo, el cual recibí sin rechistar.

- y eso te hace una maravilla de persona, Jennie, no hay duda. - dijo dulcemente mientras acariciaba mi espalda. - pero me preocupa que la gente se aproveche de eso, ¿me entiendes? - dijo y asentí.

- la dejé en su departamento. - dije aún en el abrazo. Jisoo se separó rápidamente de mi con los ojos abiertos.

- dime que no entraste... - susurró, pero al no recibir respuesta mía, negó. - entraste, ¿cierto? - dijo en desaprobación. Asentí un tanto apenada. - joder contigo. -

Seguimos hablando sobre Lalisa un rato más. Jisoo me hacía preguntas y yo contestaba, era una charla bastante monótona.

- ¿te gusta? - soltó sin más. Tragué en seco y reí nerviosa. - no es broma, ¿te gusta esa niña? - dijo una vez más, con el semblante serio.

-no digas tonterías, la conocí hace unas horas. - dije esquivando su mirada. Ella rió bajo y suspiró.

- no pretendo determinar cosas de tu vida, pero a juzgar de cómo hablas de ella, apostaría que sí. - dijo analizándo la situación.

- Jisoo, lo digo en serio, no me gusta. - dije “segura" de mi respuesta. - además, hoy tendré una cita con Malik a las siete de la noche. - dije no muy emocionada.

- ¡¿Malik?! Joooder, eso si que no me lo esperaba. - dijo entre risas. - ¿de él te referías con el “conocí a alguien"? - preguntó divertida.

No, me refería a Lalisa. Pensé.

- sí, de él te quería hablar. - mentí. - al final del día tenía razón Rosé, Zayn es lindo. - dije con una sonrisa forzada.

- ¡Jennie! Realmente empezaba a creer que eras igual de torta que yo, ¡era imposible que no te llamara la atención, Zayn! - dijo exagerando sus gestos. - ese hombre simplemente es guapo. -

Sonreí y bebí. No dije nada más.

Pov Lisa.

- dos flechas en dos tiros, nuevo récord. - dije mientras terminaba de lanzar mi último dardo a la pared.

Jin tenía extensas colecciones de cosas que realmente no comprendía, lo único que cuidaba con mi alma era aquella colección de vinilos. Desde niños habíamos propuesto tener una galería de aquellos discos, pues realmente amábamos el diseño de los mismos, era un gusto peculiar para unos niños de cuatro y siete años.

- tres dardos en tres tiros, superé el récord anterior. - dije sin muchas ganas. - cuatro tiros en cuatro... - dije pero un ruido en la puerta me interrumpió.

- entrega para Jin Manoban. - dijo alguien desde el exterior del departamento. Fruncí las cejas en confusión, mi hermano llevaba tres años de muerto, no tenía sentido. Este departamento no había sido habitado hasta... hoy.

- si, v-voy, denme un minuto. - dije mientras corría a colocarme una playera. Luego de que Jennie se había retirado de mi pieza, me la había pasado haciendo ejercicio. Quiero decir, había una pequeña área deportiva aquí.

Me presuré lo más que pude y abrí con cautela la puerta. Un hombre gordo, chaparro de nariz ancha sostenía un paquete; era una cajita pequeña con detalles en la misma.

- disculpe, ¿se encuentra el señor... - dijo mientras leía un papel. - Jin Manoban? - concluyó con una sonrisa amigable.

- Sí, en el cementerio. - dije seriamente. El señor borró su sonrisa y me vio confundido. - lleva tres años de muerto, no vive más aquí. - dije aún con el mismo semblante.

- ¿y usted es... - intentó decir.

- su hermana, Lalisa Manoban, un gusto. - dije interrumpiendolo, mientras le daba la mano, la cual recibió gustoso.

- No sabía lo del comandante Jin, señorita. Soy el general Eliot, mando esto desde la base militar de Brasil. - dijo mientras me entregaba aquella caja con un sobre acompañándolo. Asentí y cogí los objetos.

No hubo otra interacción entre aquel general y yo, simplemente se retiró.

Cerré la puerta nerviosa, realmente me sentía rara con todo esto. Es decir, mi hermano estaba muerto, recibir una entrega reciente para el era realmente tenebroso.

- ¿¡Qué carajo!? - grité al abrir la caja.

Discos de vinilo [ Jenlisa +18 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora