Capítulo 23

1.8K 165 62
                                    

- entonces, Jisoo. - rió Jackson. - conociste a Lalisa en Canadá, ¿eh? -

- mi novia y yo la llevamos a su departamento, parecía estar peleando con un tipo, iba a llover así que le ofrecimos llevarla. - dijo intentando mantener la calma la joven. Jackson levantó una ceja expectante.

- ¿Tu novia? ¿La de cabello rosado? - dijo Jackson mientras jugaba con su revolver. Jisoo apretó la mandíbula. - sé honesta conmigo, Jisoo, no me gustan las mentiras -

- sí, la de cabello rosado. - dijo rápidamente la pelinegra con un nudo en su garganta. - ella fue quien la dejó en su departamento, después nos la volvimos a topar aquí, en Londres, en el hospital local, había tenido una especie de convulsión, no estoy segura. - concluyó con palabras entrecortadas por su llanto.

Habían pasado dos días desde el secuestro de Jisoo, la población en Londres estaba muy asustada, todos se movían por encontrar a la jóven, pero nadie daba con su paradero. Jackson, por su parte, había ido hasta el sitio para hacerse cargo el mismo del caso “M" como el lo llamaba.

- ¿cómo fuiste a dar en ese hospital, eh? ¿Acaso alguien te pidió apoyo con ella específicamente? ¿O tu novia estaba embarazada? - rió irónico Jackson.

Un silencio se hizo presente.

- ¿Quiénes son? - susurró débilmente la pelinegra. Ambos sujetos rieron sarcásticos. - Al menos díganme quienes son y porqué esa niña es tan importante. -

- suena tentador, querida, pero la mafia... - sijo mientras la agarraba de la barbilla y juntaba sus labios en un rápido beso, el cual la joven intentó desaparecer. - pero la mafia no funciona así. - concluyó.

- aquí nadie te encontrará Jisoo, deja el show, morirás, ¿entiendes? - agregó el otro hombre mientras tomaba asiento en uno de los sillones viejos del lugar.

- dinos qué hacías en ese hospital y con quienes. - agregó desesperado Jackson.

Jisoo cerró los ojos y se maldijo por lo que iba a decir. - Jennie, una amiga, había recién abierto su consultorio, esa chica llegó ahí de la nada, parecía muy asustada. - relató con la mirada fija en la pared. - no sé muy bien cómo llegó Jennie ahí, al hospital, pero nos llamó y... -

- “¿nos llamó?" ¿a ti y a quiénes? - interrumpió el de gabardina. Jackson tomó los dardos de la mesa y se dispuso a lanzarlos a un tablero en la pared.

- a mi y a... A mi y a mi novia. - dijo asustada. Sabía que metería en problemas a sus seres queridos, pero no había opción.

El de gabardina caminó hasta la cocina del lugar, encendió su pipa y se dispuso a buscar en el televisor el canal de noticias. Bufando sarcástico, le subió al volumen.

- mira, buscan por ti como idiotas y nadie da contigo, pobres bastardos. Tu papá parece muy agobiado, que pena. - susurró.

Jisoo podía sentir su garganta arder de tanto llorar, la tenían encadenada, sus muñecas enrojecidas y los moretones de su cuerpo eran su única compañía.

- en realidad ya nos dijiste todo lo que necesitabamos, pero me gusta tenerte aquí, al final del día ustedes son amigos. - dijo Jackson señalando al hombre que lo acompañaba y a ella. - oh, y Jisoo, que triste que no puedas hacer nada por “rosie". -

- ¿q-qué? -

- cuando usted dé la orden, jefe. - se escuchó por la radio que tenía Jackson en sus vaqueros rasgados. Sonrió.

Ambos sujetos caminaron hacia la pelinegra y le sujetaron la cabeza fijamente hacia el televisor, en el cual, estaba el noticiero en vivo de su búsqueda.

Y entonces ocurrió.

- ahora, hazlo ahora. - habló Jackson con emoción hacia el radio.

Rosé había caído al suelo en cuestión de milésimas de segundos, una bala había cruzado su cabeza mientras pedía clemencia a las autoridades para el hallazgo de su novia. Lo único que le importaba a Jisoo, se había ido, se la habían quitado.

La audiencia gritaba desesperada, todos corrían hacia la muchacha desplomada, y con lágrimas en sus ojos la veían ya sin pulso.

- ¡son unos bastardos de mierda! ¡Ella no les hizo nada, joder! - gritó desgarrando sus cuerdas vocales la pelinegra. Pataleó, lloró, insultó y amenazó hasta que su cuerpo pudiera. - ¡son unos jodidos infelices! ¡Mataron a mi novia! ¡Ella no tenía nada que ver aquí! - las venas del cuello y frente se le marcaban por el esfuerzo y dolor de su corazón. Le dolía hasta respirar.

Ambos hombres veían la escena sin expresión alguna, incluso podría catalogarse como algo que ya estaban acostumbrados a ver. Su rutina.

La gente en pánico corre hacia zonas seguras, la familia Kim fue resguardada con la policía de Londres. Sin duda, tragedia tras tragedia, primero el secuestro de la jóven Kim Jisoo, y ahora, mientras daba a conocer su dolor por la desaparición de su novia, asesinan a Rosé Park.

¿Tiene que ver el secuestro en el asesinato? ¿Kim Jisoo la asesino? ¿Realmente hay un secuestro?" se escuchaba en la televisión.

Jisoo lloraba amargamente.

- ¡cállate! - dijo jackson mientras golpeaba con puño cerrado a Jisoo en la mandíbula. - me vas a decir en dónde carajos puedo encontrar a Lalisa o la siguiente en morir será Kim Jennie. - gritó desesperado.

Su acompañante lo volteó a ver asustado, para él Jennie era su vida, se suponía que no le harían daño.

- Jackson, qué mierda. A Jennie no la toques. - dijo en desespero y enojo el de gabardina. - el trato no era ese. -

- a la mierda tu puto trato, yo quiero a Lalisa ¡aquí puto mismo! - dijo lo último exaltado. Jackson respiró profundo y se pasó las manos por su cabello. - escucha, pedazo de idiota. Cambio de planes. -

El hombre misterioso de gabardina tragó pesadamente y exhaló, volteó a ver a Jisoo con compasión. La pelinegra no entendía muy bien el porqué de esa mirada.

- trae a Jennie aquí, entonces la matas en su cara. - dijo señalando a Jisoo. La joven negaba desesperada. - o bueno, podrías matar a Jisoo en la cara de Jennie, como desees. - sonrió tranquilo. - una de las dos soltará lo que quiero. -

Jackson abrió la puerta del bunker en el que se encontraban para dirigirse a la sala de juegos que esté mismo tenía. El sitio era bajo tierra, tenía 6 habitaciones - si es que se le puedan llamar así - y cada uno de estos con cámaras de vigilancia y claves de seguridad.

Una vez la puerta del cuarto de huéspedes - como Jackson le decía - se cerró, el hombre de gabardina soltó el aire retenido y comenzó a llorar. Jisoo levantó la mirada y nerviosa, intentó acomodarse, provocando que las cadenas de las que estaba atada hicieran un ruido chillón.

- perdóname por meterte en esto, chu. - habló el hombre saliendo rápidamente de la habitación, cerrando de golpe. La pelinegra abrió los ojos como plato, pues reconoció el apodo.

- tú... - susurró alarmada.







































Lo prometido es deuda, aquí el siguiente capítulo. ¿Quién creen que sea el hombre de gabardina? 👀

Está historia tendrá 35 capítulos, así que espero que no me odien mucho.

Discos de vinilo [ Jenlisa +18 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora