Capitulo 21

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meses después.
Pov Jennie.

Me levanté de la cama de golpe, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mi piel erizada me hizo temblar. Tragué en seco y me lleve las manos a la frente, estaba ligeramente sudada, pues sentí una gotas caer de ella.

- mierda. - susurré.

Voltee a a ver a la persona que dormía a un lado mío, mantenía una respiración tranquila, y abrazaba débilmente una almohadilla color verde limón. Sonreí y acaricié sus nudillos.

Sujeté mi cabello en una coleta mal hecha, ví el reloj de mi mesa de noche y este marcaba las seis con tres minutos de la mañana. Era viernes. Viernes 27. Viernes 27 de Marzo.

- ¡Santa mierda, joder, Lisa! - grité para mi misma poniéndome de pié y colocandome las pantuflas. Corrí escaleras abajo y cogí un pastelito de la nevera, lo había comprado el día anterior.

Con el pastel en una mano, velas y cerillos en la otra y mi móvil entre mi cuello y mandíbula, me dirigí escaleras arriba. A la mitad de estas recordé su obsequio.

- ¿por qué mierda compré un departamento de dos pisos? - maldije en un susurro mientras volvía a bajar las escaleras.

Dejé todo en la isla de la cocina y corrí torpemente hacia la habitación de invitados, cogí una cajita de madera y otra bolsa más. Sonreí al ver todo.

Al volver por las cosas que había dejado en la cocina, golpeé sin querer una silla, haciendo que esta cayera al piso. Abrí los ojos como plato y tapé mi boca para no gritar, pues me había lastimado el dedo chiquito del pié.

Entonces la puerta de la recámara principal se abrió. Como pude metí todas las cosas en la alacena y mordí mis labios en nerviosismo.

- ¿jen? - preguntó una voz adormilada desde el fondo de las escaleras. El rechinido de estas se hizo presente. - ¿hon? -

- estoy en la sala, vuelve a la cama, cariño. - grité intentando ocultar mi voz de dolor. Pero por supuesto que Lisa no iría a la cama.

La vi terminar de bajar el último escalón. Tenía puesta una sudadera color amarillo que le llegaba hasta la mitad del trasero, dejando a la vista gran parte de él. No estaba usando nada abajo, más que sus bragas blancas de ositos con el elástico de alrededor de la cadera de color amarillo, a juego con sus calcetines largos del mismo color. Todo amarillo.

- ¿qué haces? - preguntó con una sonrisa mientras tallaba sus ojos pesadamente. Sonreí de lado.

Me acerqué a ella y acomodé su cabello, peiné con mis dedos su fleco y concluí con un beso en su nariz. Ella aún conservaba los ojos cerrados.

- vuelve a la cama, princesa, solo vine por agua. - dije acariciandole el estómago por debajo de su ropa, y al sentir algo extraño en ella, le levanté con cuidado la sudadera. Rasguños. - amor... - dije tranquilamente mientras la miraba a los ojos, mis dedos acariciaban con dulzura las marcas nuevas en su aterciopelada piel. - ya hablamos de esto, ¿te sigues clavando las uñas por la ansiedad? -

Bajó la mirada y mordió sus labios.

- está bien, luego me dices, ¿si? - dije mientras le acomodaba la ropa y besaba sus labios. Me tomó de la cintura y contorneó mi cuerpo, haciéndome reír. - regresa a la cama. -

- ¡oye! Hoy es un día muy especial y lo único que has hecho es mandarme a la cama. - reclamó con uno de esos pucheros que tanto amaba. Toqué con mi pulgar su labio sobresaliente, para luego besarlo rápidamente. - aunque no me quejo de estas muestras de amor. - susurró.

Discos de vinilo [ Jenlisa +18 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora