Capítulo 8

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Londres, Inglaterra. Sábado por la mañana.

- buenos días, saldré a correr. - dije mientras tomaba una manzana de la nevera y una botella de agua.

Después de almorzar, jugamos varias rondas de tenis. Las tres hacíamos tenis como deporte, y de vez en cuando nos juntábamos para jugar.

Como era de esperarse, habíamos terminado muertas, por lo que la cena fue tranquila. Nos duchamos y casi de inmediato cada quien fue a una recámara para poder dormir.

- no sé cómo puedes ir a correr con éste frío. - dijo Jisoo aún adormilada desde el comedor. La más alta le dio dos palmadas en la espalda.

- ¿Te quedas a comer? - preguntó Rosé mientras cortaba algunas papas. Negué con la cabeza y me acomodé los tenis.

- no, tengo una sesión hoy, seré la única en el consultorio. - dije desganada. No es que no me gustara mi trabajo, es solo que soy un ser humano, también necesito descansar.

- bueno, ni hablar. Cuídate, ¿si? - dijo mientras se levantaba de su asiento para poder despedirse en un abrazo. Jisoo solo levantó pesadamente su brazo para hacer una seña de "adiós".

Caminé hasta un centro deportivo famoso de aquí.

Me coloqué mis audífonos y me dispuse a correr. Comencé con un trote sueve para calentar mis músculos, se estaba reproduciendo "you don't know me", era una canción que me motivaba bastante, por lo que empecé a acelerar el paso hasta conseguir un trote constante y rápido. Había dejado mi auto en el edificio de mis mejores amigas, decidí caminar, ya me hacía falta, así que me devolvería a mi departamento caminando y de igual manera iría a el consultorio.

- ¡Jennie! - la voz de un hombre llamó mi atención. Paré mi trote y me saqué los audífonos. - ¡Jennie! No sabía que salias a correr en el mismo parque que yo. - dijo Malik mientras tiraba su cabello hacia atrás.

- hola, Malik. Pues, es el único deportivo en este lado de Londres. - dije riendo un poco. El hombre no era feo, pero digamos que no era del todo mi tipo.

- ¡oh, cierto! Que idiota. - dijo en una risa nerviosa. - ¿te parece si corremos juntos? Ya sabes, dos son mejor que uno. - dijo con una sonrisa coqueta que acostumbraba a hacer con todas las mujeres que veía.

Asentí con un suspiro rendida.

Le dimos varias vueltas a la cancha más grande del deportivo, habíamos iniciado una competencia de quién era más rápido que el otro, y para mí mala suerte, Malik había ganado la mayoría.

- eso es injusto, tu mides el doble que yo. - dije fatigada mientras agarraba mi botella de agua. El hombre de sonrisa perfecta soltó una carcajada.

- acepta tu derrota, Kim. - dijo mientras se tiraba un poco de agua en el cuerpo. Se sacó la camiseta, dejando ver sus abdominales altamente marcados, se pasó el trapo por todo su torso para secar el sudor.

¿Era un hombre candente? Sí, lo era. ¿Está coqueteando conmigo? Tal vez. ¿Me interesa? No.

Desvié la vista de mi colega para mirar hacia mis agujetas, que gracias al cielo estaban desatadas.

- ¿una vuelta más? - preguntó Malik entusiasmado. Lo volteé a ver exhausta. - bien, otro día. - dijo en una risa amistosa. - ¿Quieres ir a almorzar? - preguntó.

- me encantaría, de verdad, pero tengo que ir al consultorio. - dije mientras le daba un mordisco a mi manzana. - un paciente me escribió que necesitaba una sesión urgentemente. - dije después de tragar mi bocado.

- hmm, ¿no quieres que te lleve? - preguntó mientras señalaba con su mano un charguer negro mate. Me atraganté con mi manzana.

- bueno, yo...no, gracias, iré caminando. - dije nerviosamente. Malik rió y negó con la cabeza.

Discos de vinilo [ Jenlisa +18 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora