[ P a s o ] q u i n c e

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Jungkook jalaba la silla de ruedas por la entrada de la casa mientras sus padres iba delante de ellos llevando una charla, era una escena muy común ya que los señores Jeon conservaban una relación estable a pesar de tener más de veinticinco años juntos.

Sin embargo, los gemelos notaron a una mujer en la entrada, y que a simple vista daba mucho miedo por su aspecto tosco y enigmático.

—Dios Jungkook qué hace la señorita tronchatoro aquí.—declaró Roomi provocando una leve carcajada en su gemelo.

—Ni idea, pero dime quién se viste así en pleno siglo veintiuno, hasta parece sacada del ejercito.

—¡Chicos apresurense!—su madre les llamó entusiasmada.

—Algo me dice que esta señora será un problema.

Ambos se acercaron con cautela sintiéndose observados por esa mirada llena de autoridad que ciertamente los ponía nerviosos.

—Niños, saluden a la señora Myunghee, nos ayudará en casa a partir de hoy.—la señora Jeon lucía complacida y llena de optimismo por la nueva integrante.

—Chicos, como sabrán cada año su madre y yo vamos al simposio de cardiologia por un mes y en esta ocasión será en Suecia.—le tocó al padre informarle las noticias, algo que descolocó a los hijos.

—Padre, pero desde hace tres años Roomi y yo nos quedamos solos cuando ustedes se van y la abuela se encarga de venir una vez por semana para supervisar la casa. Además, ya tenemos dieciocho como para tener nanas.—el tono que usó Jungkook para reclamar fue demasiado descortés y se ganó la mirada desaprobatoria de su padre.

—Lleva a tu hermana a su habitación y te veo en mi despacho, tienes diez minutos.—sentenció el señor Jeon cambiando radicalmente sus expresiones a unas más rígidas, entonces, el chico tragó duro.

Por otro lado, la madre se dio la media vuelta para acompañar a la señora Myunghee a conocer la casa, sin tomarle mucho sentido a las palabras de su marido.

Jungkook estuvo a punto de refutar, pero Roomi tiró de su brazo y le quitó la palabra de la boca.—Padre, ya entendimos, haremos esto, entonces, no hay necesidad de que Jungkook vaya al despacho ¿verdad?

—Mis gemelos, no entiendo por qué siempre tratan de darme dolores de cabeza, su única función es estudiar, y ser obedientes ¿Es tan difícil?—se frotó el canal de su nariz exasperado.—Créanme que he sido paciente con ustedes, pero no quiero arrepentirme de no haberlos mandado lejos hace un año después de los problemas que me causaron. Así que piensen mejor lo que hacen antes de que cambie de opinión.

El padre se dio la media vuelta dispuesto a entrar, sin embargo, se detuvo al recordar algo y volvió a incorporarse, esta vez para dirigirse a Roomi.—Por cierto, qué sucedió con Min Yoongi, lo vi el día del accidente y no volví a saber nada.

—Terminamos.—pronunció Roomi en un tono bajo, mientras su padre la escrutaba con la mirada haciendo que se pusiera nerviosa con miedo de que le preguntara las motivos. Y luego el señor Jeon se acercó tomando su mentón para que le sostuviera la mirada.

—Supongo que tu hermano y yo deberíamos organizar una fiesta, porque parece que en esta casa sólo a tu madre y a ti les agradaba este chico. Y nunca entendí que tenía de especial más que una familia llena de escándalos. ¡Cariño!—el padre gritó y la señora Jeon salió de nueva cuenta en compañía de Myunghee.

—¿Sucede algo?

—Agrega otros dos lugares a la mesa y llama a la señora Kim y su hijo, cenarán esta noche en casa.

Madre e hijos miraron al jefe de la familia con asombro por la repentina decisión del hombre, y nunca entenderían su forma tan burda de ser. Si bien solía ser muy carismático con extraños, sin embargo, a puertas cerradas ejercía severa autoridad y voz de mando frente a su esposa e hijos, haciendo que estos se sintieran en desventaja, después de todo, no era la familia perfecta que posaba en los eventos más importantes, ellos tenían muchos secretos.

 K I N T S U K U R O I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora