[ P a s o ] cuarenta

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Jungkook.

Diez años atrás.

Esa es tu lección, nunca debiste desobedecer Jungkook, has hecho enfucerme esta vez y no hay poder humano que logre sacarte de ese lugar.

Los hombres de mi padre me arrastraron a la fuerza hasta una camioneta blindada donde otros robustos esperaba mi llegada.

—¡Sueltenme imbéciles! No sabes quién soy yo.—grité oponiendo resistencia.

Pero no duró mucho la riña luego de que mi padre los detuviera unos segundos antes de llevarme en contra de mi voluntad a un sitio del cual desconocía.

—"Tú afirmas que no soy nada tuyo, estás equivocado niño estúpido, esa mujer te lavó el cerebro, y si no me crees"

Mi padre tronó los dedos y de inmediato otro de sus hombres traía a Eunjae casi arrastrando.

Mis ojos se llenaron de sorpresa al ver el estado critico en el que se encontraba mi supuesta y verdadera hermana. La mujer que me juró una historia de odio y rivalidad entre nuestro supuesto padre y el de Roomi.

—¿Qué le has hecho desgraciado?—gruñí colérico luego de ver el cuerpo de Eunjae martirizado por una razón que yo desconocía.

Lo último que supe de ella antes de tenerla frente a mi es que se estaba  alterando el futuro de Roomi a lado de Taehyung.

Pero es obvio que al igual que a mi, la trajeron con mentiras.

—Que ella te lo explique.

Mi supuesto padre le dio la palabra a Eunjae, pero ella seguía en blanco, temblando y al mismo tiempo se rehusaba a mostrarme su rostro.

Estaba tan cabreado por verla en ese estado, después de todo los hermanos deben sentir esa clase de preocupaciones ¿O no era así?

Jungkook, perdóname.—finalmente habló dejándose caer rendida sobre el pavimento de la calle.

—No...no entiendo Eunjae. Déjate de juegos.

—En vista de que es una jodida cobarde al igual que su inmundo padre hablaré yo.

—Ese inmundo padre, también es mío, y no toleraré que le faltes el respeto a mi familia.

El hombre no se hizo esperar para soltar una risotada que pudo escucharse por la amplia calle. Y en cuestión lo tomé como un signo de ofensa queriendo borrarle esa maldita sonrisa de la cara.

—Hubiese querido que así sucediera. Pero tengo malas noticias para ti, hijo.

—¡No soy tu hijo entiendo eso!

—¡Lo eres!—Eunjae fue esta vez quien habló, alzando su rostro magullado de hematomas, por todas las cosas que sabrá Dios le hicieron.

—¿Qué? Ahora resulta que tú también te creíste esa maldita historia.

—En realidad...—aquel rostro afligido cambió a uno más sombrio donde sonrió de una manera torcida como una niña recordando sus peores travesuras, aunque tal cosa no se alejaba de la realidad.—El único que compró otra historia diferente fuiste tú y demasiado tarde para comprender el rollo hermanito, o primo, suena mejor.

—¡Basta Eunjae no estoy para tus jodidos juegos!

—Te mentí, nunca fuimos hermanos, siempre fuiste el gemelo de Roomi, pero irremediablemente me has creído, aunque debo aceptar que amé demasiado ser tu hermana y que por fin alguien se preocupara de mi existencia. ¡Solo te usé, porque ansiaba destruir a toda la maldita familia Jeon! y caíste en mi sucio juego Jungkook.

 K I N T S U K U R O I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora