━━━♢𝙃𝙖𝙣𝙖𝙝𝙖𝙠𝙞 𝙙𝙞𝙨𝙚𝙖𝙨𝙚♢━━━
Toda la vida se nos ha enseñado que amar, puede ser tan hermoso como doloroso. Confesarlo, será más difícil que sentirlo. Amar también es complicado, incierto, confuso y frustrante....
Kaminari Denki es como u...
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(𝙈𝙖𝙧𝙖𝙩𝙤𝙣 — 5/5)
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🥀| Una sorpresa... No tan convincente|🥀 ____
A la nada...
Ahí es donde estaba pegada la mirada de Kaminari, en un letargo de pensamientos que se revolvían sobre si mismo en su cabeza. Todo desde hace pocos días de la salida con Shinsou en el invernadero. Salida que fue el iniciador de una mecha que ardería entre ideas y sentimientos en su corazón, con razones contrarias y que él apenas quería entender.
Porque estaba entre la vergüenza y el enojo... La vergüenza cubriendo su anhelo de comprender a que venía aquel gesto de haberle besado la frente y el que Shinsou cubrió sus ojos. El entender porque el roce de sus dedos en sus mejillas cuando acomodó su flequillo le pareció extraño... Cálido, suave y ciertamente con suma delicadeza. Cómo si sus manos estaban tocando algo muy delicado.
Luego el enojo sobre si mismo por tratar de entender porque le gustó aquellas sensaciones. Enojo por no saber que estaba pasando, enojo al ver que las punzadas en su corazón volvían a ser más frecuentes después de un tiempo que se habían calmado.
Ahí estaba él en silencio, sentado en el sofá mullido de la sala de la casa en la cual vivía provisionalmente desde hace meses en Shizouka. Dónde la luz del sol entraba por las ventanas con las cortinas corridas, y la luz iluminaba la habitación. El frío de la madrugada comenzaba a disminuir, además de como con rutina el pequeño Phantom rondaba por su casa aunque Denki en su distracción no sabía cuándo había llegado—por no decir que se había colado—el gato a casa.
Tampoco sintió cuando esté se paseo por su piernas y se restregó en sus pies. Y no fue hasta que al verse ignorado, saltó sobre el regazo de Kaminari de manera abrupta que solo así lo saco de su laguna de pensamientos y comenzó a quejarse.
—¡Phantom! ¿¡Qué rayos contigo!?,—luego de aquella queja suspiró con cansancio para relajarse sobre el sofá al ver que el gato le miraba con fastidio aún así no le arañó. Sonrió débilmente para tomar al gato y apartarlo, solo así poder levantarse e ir a la cocina.
—Comes como cerdo, ¿No que tú dueño te da de comer también? ¿Qué clase de gato eres que come más de lo que duerme? No me sorprende de que estés gordo...,—comentaba Denki divertido y burlón mientras habría las puertas de la alacena buscando si tenía aún alguna lata de atún que podría darle al minino. Pero entre sus comentarios de burla hacía el gato ese se hizo su venganza al subirle a la barra en la cocina y tirar un vaso de vidrio que estaba ahí.
—¡Ya!, Maldito gato. Toma tu atún y deja de crear desastre en mi cocina. Gato presumido, ladrón, traicionero, mentiroso, dos caras..,—menciono cada adjetivo con burla hasta que la sonrisa en su rostro desapareció. Tocó la cabeza de Phantom para acariciarla y poner frente a él la lata de atún abierta,— aunque buen compañero, solo no hagas más desastre, Phantom.
