Grand.
Olivia instaló sus ojos verdes sobre mí, observándome con ese ceño fruncido que tanto la caracterizaba y que había aprendido en las ultimas horas que solo significaba que el llanto no tardaría en llegar. Había pasado la etapa de cambiar pañales con Lexi desde hace años, y con el reciente ofrecimiento de Bailey de hacerse cargo de los hijos de Bradley y Lindsay ya había tenido que cambiarle el pañal dos veces a la pequeña entre mis brazos.
No había mucho de Bradley en ella, y por lo que podía decir, se parecía mucho a la hermana menor de Lindsay con sus ojos verdes brillando de alegría o de tristeza según el caso. Sin embargo, a pesar de nada más tener un par de meses, era tan gritona como su madre y tan temperamental como su papá.
—¿Se despertó? —Asentí sin mirar a mi lado al lugar donde Bailey sostenía a Andrew en su regazo. El niño que tanto me odiaba por la forma como lo molestaba, entrecerró sus ojitos azules en mi dirección al tiempo que apretaba su boca y sostenía con fuerza el Transformers de peluche contra su pecho.
—¿Me lo prestas?
Su respuesta fue pegarse al pecho de Bailey, escondiéndose entre sus brazos sin dejar de mirarme con recelo. A pesar de su cabello cobrizo, era como estar mirando a un Cox en miniatura. En todo el sentido de la palabra. Este niño amaba a su madre, pero no podía evitar parecerse a su padre incluso en las expresiones enojadas en su rostro.
—Grand, no lo molestes —la amenaza en la voz de mi chica me hizo mirarla. Ella mantenía sus manos rodeando a Andrew y él no parecía nada feliz con sus ojos sobre mí.
Emma no había podido quedarse con este par de terremotos y la segunda opción fuimos nosotros. Lindsay y Bradley estaban de aniversario y más que eso, sabía que querían estar solos para liberar el estrés de estos últimos meses sin dormir. No habían descuidado sus trabajos ni a sus hijos, y eso hacía que las bolsas bajo los ojos de ambos se notaran desde la distancia.
Realmente, se merecían un respiro.
—Soy tu padrino, nunca te vas a deshacer de mí. —Lo apunté, divirtiéndome al ver la forma como se encogía. Ni siquiera sabía de que demonios le hablaba, pero su ceño se profundizó antes de que apretara sus labios con más fuerza—. ¿Dónde está Lex?
Bailey no me respondió. Tomó a Andrew y con cuidado lo colocó sobre sus pies, dejándolo caminar alrededor del patio de su casa sin apartar sus ojos del niño que aprendió a correr nada más comenzó a caminar. George había bromeado tanto sobre ello viendo como todos teníamos que correr tras de él para evitar que se fuera de bruces.
—Dormida. —Me miró, inclinándose sobre mí para poder sonreírle a Olivia.
La pequeña se removió entre mis brazos, antes de quedarse quieta mirando a Bailey con atención.
—¿Tan temprano? —Ella asintió—. ¿Por? —Realmente no me preocupaba el hecho de que se durmiera temprano, sino que ni siquiera se había despedido de mí—. ¿Te quedas con ella?
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OVERTIME (Kings Of The Game #7) SIN EDITAR
Romance[T-E-R-M-I-N-A-D-A] Llegar a la zona de anotación cada vez es más dificil, din importar que tantos deseos tengas de ganar...porque incluso el mejor jugador se cansa en algún punto del juego. 1. Antología de la serie KOTG 2. Kings Of The Game #7. ...