XI - END ZONE

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Grand

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Grand.

Ganar estaba en mi naturaleza. Siempre lo había sabido y nunca lo había negado.

En la escuela, era de esos niños que no sabía manejar bien perder en los juegos a pesar de que reprobaba asignaturas con mucha frecuencia. Para mí, una cosa no tenía nada que ver con la otra y muchas veces se lo quise hacer ver a mamá.

No obtuve los resultados deseados.

El caso era que, tuve muchas sanciones en la secundaria por pelear cuando no me gustaban los resultados de los juegos, alegando trampas que estaba seguro que me había inventado. Desde la mentira más estúpida hasta la más ingeniosa había usado para siempre ganar.

No me enorgullecía mucho de ello, pero si del hecho de que con el paso de los años eso había cambiado. Y teniendo en cuenta el trabajo que desempeñaba, era lógico el motivo. Colocarme a pelear con un equipo entero de futbol americano no sería muy sensato de mi parte a menos a que mi objetivo fuese acabar en un hospital alimentándome mediante un tubo por el resto de mi vida.

Sin embargo, algo me decía que no estaba tan mal fomentar la sana competencia entre los niños. Aunque...viendo la situación donde mi hija gritaba por todo el campo como una pésima perdedora, creía que esto se estaba saliendo de control.

—¡Hiciste trampa, Austin!

—¡No lo hice! ¡Tienes piernas cortas, por eso te gané! —George suspiró a mi lado mientras que el personal se burlaba de los dos niños discutiendo en mitad del campo sin importarles lo sudados que estaban y que ya casi era la hora de la comida.

—¡Tramposo!

—¡Mala perdedora!

—¡Ay ya! —chilló Hope, luciendo enojada al tiempo que se acercaba a sus amigos, instalándose en la mitad de ambos—. Tú si hiciste trampa. —Señaló a Austin, el cual entrecerró los ojos en dirección a la pequeña rubia con el uniforme amarillo con el numero de su padre en la parte trasera de la camisa—. Y tú —apuntó a mi pequeña gruñona—, si eres una mala perdedora.

Los ojos de Lexi se fijaron en su mejor amiga antes de ignorarla y volver a Austin viendo que él hacía lo mismo y comenzaban a discutir otra vez.

—¿Vas tú o yo? —George se encogió de hombros, cruzando sus brazos en su pecho—. ¿Me estás jodiendo?

—Quisiera saber como acabará esto.

—Es broma, ¿verdad? —Él sacudió la cabeza—. Después no digas nada cuando Lexi tome a tu hijo de la camisa y lo golpeé.

Su sonrisa se fue al tiempo que sus ojos se fijaron en mí.

—Es broma, ¿no? —repitió lo que yo había dicho y ahora el que rio fui yo—. Grand.

—Dale cinco minutos más y la verás colocar en practica las clases de karate que su tío Max le paga.

Él no dijo nada y yo tampoco, solo recibí el vaso de agua que Bailey tendió en mi dirección al llegar a mi lado antes de abrazarse a mi cintura, mirando preocupada en dirección a nuestra hija. Era cuestión de tiempo antes de que se metiera.

OVERTIME (Kings Of The Game #7) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora