[T-E-R-M-I-N-A-D-A]
Llegar a la zona de anotación cada vez es más dificil, din importar que tantos deseos tengas de ganar...porque incluso el mejor jugador se cansa en algún punto del juego.
1. Antología de la serie KOTG
2. Kings Of The Game #7.
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Bradley.
No estaba acostumbrado al silencio. Y en los últimos años lo había corroborado. Nuestras reuniones en el equipo siempre iban de los gritos a las peleas y ya luego a las risas, pero que una de ellas terminara en un silencio lleno de miradas indecisas era algo completamente nuevo.
—¿Por qué hasta ahora nos dices? —George tal vez no quiso sonar demandante, pero lo hizo. Tal vez no estaba molesto, no tenía motivos, pero si que la noticia nos había tomado a todos por sorpresa.
Sí, los años habían pasado, pero nadie había hablado de retiro más que yo. Y cuando decía "hablar" era amenazar a George con el hecho de que me iba a retirar si no me dejaba jugar en el Super Bowl. No obtuve resultados, pero igual lo más probable era que dejara el equipo.
—Llevo tiempo pensándolo y hasta hace poco me decidí.
—Por la renovación de tu contrato —finalizó el entrenador, haciendo que Stevens se limitara a asentir.
—Quiero dedicarle más tiempo a mi familia y a pesar de que amo el campo, creo que ya llegó el momento para mí.
—Stevens, no digas eso que me asusto —dije intentando calmar el ambiente—. Digo, que tú y yo rozamos la misma edad y yo viejo no me considero.
Sus ojos se tornaron graciosos al tiempo que un par de risas llenaban la mesa. Los niños permanecían en silencio y los únicos que parecían comprender por completo de que iba la conversación eran Jake y Paul, los cuales parecían más incomodos que otra cosa.
—Te apoyamos. —Kyle fue el primero en hablar luego de un par de minutos—. Todos aquí sabemos lo importante que es pasar tiempo con nuestras familias y por lo menos yo entiendo tus motivos.
—Pues no es como si se fuese a morir —siguió Grand—. Por lo menos no hasta que Alaia cumpla los quince y comience a sacarle canas verdes.
—No ayudes, Grand —susurró Nicholas, riendo segundos más tarde—. Además, voy a seguir alrededor.
—¿Y eso? Se llaman vacaciones por algo —masculló Tyson, tomándose el resto de su botella de agua.
—Uno de los accionistas de la junta directiva estaba vendiendo sus acciones. Erick hizo lo posible y conseguí asegurar que luego de mi retiro las podría comprar.
—Así que te volverás un hombre de negocios —se burló Kyle—. El hombre que odia usar traje como accionista de la junta. Que cosas, ¿no?
—No hay código de vestimenta —se mofó Nick, pasando su mirada por todos hasta detenerse en George—. ¿Qué me dices?
El hombre ni siquiera vaciló cuando clavó sus ojos marrones en Stevens. El silencio se hizo aún más pronunciado porque incluso los más pequeños dejaron de reír con sus miradas atentas al hombre más viejo de la mesa, el cual no apartaba la suya de Nicholas.
