Capítulo 3

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POV.CHRISTIAN

Mi nombre es Christian Grey, tengo 25 años y vivo en Seattle. Soy un maniático del control. Bueno la gente me cataloga como tal. Soy dueño de un gran imperio  que yo mismo construí, soy  un hombre de negocios siempre me salgo con la mía. Nadie se hace grande demostrando lo pequeño que otros pueden ser. Grande es quien engrandece a todos los que tiene a su alrededor. Cuando te digan que algo es imposible, recuérdales que es imposible para ellos no para ti.

Mi familia es muy unida y cariñosa, pero yo prefiero la soledad. Mi mejor amigo es mi hermano Elliot, un mujeriego por renombre, se ha tirado a cuanta mujer que ha podido. Él es del tipo de hombre que "si te vi no me acuerdo". Supongo que el vive mejor así. Sin ataduras a nadie. Complicar lo sencillo lo puede hacer cualquiera; pero hacer que lo complicado sea sencillo, tremendamente sencillo, eso es la creatividad.

Lo que odio en la vida es la traición y la mentira. Para muchas mujeres soy un hombre guapo y sexy. Pero solo es una cara bonita nada más. No creo en el amor, cual es la razón pues la puta adicta al crac mi progenitora, posiblemente no fui un hijo deseado.  Seguramente fui producto de una sola noche. La vida no es justa. Creo que nunca existió el amor de madre a hijo. Ahora eso es un recuerdo que afecta mi presente. No recuerdo haber tenido algún afecto por parte de ella.

 Me dedico constantemente a mi empresa. El día de mañana Andrea escogerá a una chica para que la ayude ya que despedí a Oliva, una mujer que al parecer vive en la luna, es una completa inútil. Y eso me molesta demasiado. Mi paciencia es muy limitada. Las entrevistas no las are yo, las ara mi secretaria Andrea, confió en ella sé que no escogerá a cualquier chica ella sabe que no me gustan las personas ineptas. Por eso desconfió de cualquier persona que está a mi alrededor.

Ya son muchos los que me han fallado, quizás más de los que merezco.  Por eso soy frío, no voy por la vida diciendo te quiero y derrochando cariño con todo el mundo también, soy un desastre en eso de los sentimientos, no me gusta que me toquen, que me estén abrazando o tocando todo el tiempo  y menos si no hay confianza.  Soy la clase de persona que jamás va a rogarte, así que si quieres irte de mi vida, hazlo... Por favor que sea sin despedidas dramáticas y cartas largas sin sentido, solo desaparece, y me encargare de no volver a vernos.

Suspiro.

Termino de revisar el listado de las empresas que han cerrado, me levanto de mi silla acercándome a la ventana a observar el cielo ya que hoy esta gris como de costumbre menos mal no llueve.

Escucho unos golpes en la puerta y veo que entra mi hermano Elliot. 

—¡Hey! Bro ¿Cómo estás? — pregunta con una sonrisa de payaso

—Muy bien, ahora dime a que debo tu visita — le pregunto serio.

—Bueno pero que genio, eres todo un tempano de hielo, solo venía a invitarte unos tragos —murmura animado

Hoy no tengo ánimos para nada así que pretendo rechazar su invitación. Podría decirse que tengo problemas existenciales. Seguramente si. Soy diferente, siempre lo he sido. Me tomó un tiempo aceptar que mi esencia no está echa para ser comprendida por todo el mundo. Y esta bien ser así. 

—Hoy no Elliot, tengo trabajo —contesto.

—¿Qué has dicho? —pregunta poniendo los brazos en forma de jarra — parece que entendí mal Christian, ¿acaso me estas despreciando la invitación? — reclama.

—Elliot por favor no actúes como mujer si, mañana es otro día — reniego con fastidio.

—Está bien te dejare en paz, solo por esta vez, suerte con tu trabajo —dice y se retira dejándome solo en mi oficina. Decido continuar con mi trabajo.

Observo mi reloj son las 7:00 nuevamente se me han pasado volando las horas, tomo mi maletín para marcharme a casa.

Taylor conduce por las calles de Seattle, minutos después está parqueando el auto en su lugar. Bajo y me dirijo al elevador, ahora que me acuerdo Gail, posiblemente ya no estará en casa seguramente ya se fue a visitar a su hermana que está enferma, solo espero que me se haya acordado de mi y me dejara preparada la cena.

Salgo del elevador y dejo mi maletín en el sofá junto con mi saco. Me dirijo a la cocina por un vaso de agua, pero me distrae una nota en el refrigerador.

Señor Grey buenas noches, en el microondas le deje preparada su cena, macarrones con queso espero lo disfrute.

Atte. Gail Jones.

Por lo visto tuve suerte. Tomo el vaso con agua y me dirijo a mi habitación, me despojo de mi ropa y me meto a la ducha. Minutos después estoy cambiado para ir a cenar. Al salir de mi habitación me sorprendo al ver a Natalie.

—Pero que mierda haces en mi casa. —bramo al ver a una ex-sumisa.

—Amo necesito que me castigue— ella está de rodillas en medio de la sala.

Niego con expresión seria. !Diablos¡

—Yo, ya no soy tu amo— me acuerdo de que termine el contrato con ella antes de iniciar con Susana. Odio tener estos problemas con las sumisas ¿Qué mierda se creen? ¿Por qué insisten en seguir a mi lado?

—Solo usted sabe ejercer poder en mi cuerpo —murmura. Suspiro, que estupidez acaba de decir —usted lo es todo para mí. — No tolero cuando pasa esto con las sumisa. Ellas quieren más y yo no puedo dar más. Imposible. Yo no tengo apego por ninguna mujer.

—No, esto no está bien es mejor que te marches— masculle con fastidio. Lo que no entiendo es por donde mierdas ingreso ella. —¡Taylor! —grito y el aparece inmediatamente.

—Señor que necesita...—Taylor se sorprende al ver a Natalie, en medio la sala de rodillas.

—Sácala de mi vista, y averigua como diablos entro a mi casa —bramo 

—!Amo por favor, quiero estar con usted¡—dice desesperadamente

Niego.

—No me vengas a joder —gruño mi buen humor se esta esfumando—!Taylor no pierdas el tiempo¡ —bramo dirigiéndome a mi estudio. El hambre ha desaparecido. Y la ira me consume. Respira Grey, respira. Contrólate. 

!Joder¡ 

Cuando no acepto la realidad, cuando las cosas no son como yo quiero que sean, surge de mi interior la rabia, la ira, el enfado. A veces  desearía que todo fuera perfecto pero, creo que ya seria mucho pedir. Los defectos que observo en mi mismo o en los demás me irritan. Un juez interno dicta continuas sentencias sin dejarme vivir. Soy una persona complicada. Suelo ocultar muchas mas cosas de las que digo. Soy alguien selectivo, no me agrada cualquiera, no me gusta cualquiera, no me motiva cualquiera y no pierdo mi tiempo con cualquiera.

Princesa ValienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora