Capítulo 39

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POV.ANASTASIA

Observo como Christian, se marcha espero que tenga un buen día con sus abuelos que no daría yo por estar con mis abuelos. Los abuelos son magos con capacidad de crear recuerdo inolvidables para sus nietos. Nadie puede hacer por los niños lo que hacen sus abuelos... pues los abuelos son aquellos que rocían polvo de estrella sobre la vida de los niños pequeños.

Entro a la casa y Jacob está en la sala sentado.

—Bueno Jacob, hoy solo somos tu y yo— sonrío y mi cachorro aúlla— bueno amiguito tenemos una casa que ordenar, voy a la habitación.

Solo con llegar a ella quiero salir corriendo, esta echo un completo desastre, todas las cosas están en el suelo ropa, zapatos, lapiceros, libros y entre otras cosas más. Anita eso no te importo ayer mientras gritabas el nombre de Christian, me riñe mi diosa interna con cara maliciosa. Ok... Claro el día de ayer maratón de sexo con Christian Grey, pero que estoy pensando debería apurarme y limpiar este desorden. Recojo todo lo que está en el suelo y lo ordeno en mi escritorio, abro un cajón y veo el sobre que me dejo mi abuela creo que debería entregar el dinero a una casa de acogida para niños, pensándolo lo debería hacer hoy.

Recojo la ropa que estaba tirada en el suelo, debería meterla en la lavadora, pero antes debo sacar la basura. Voy al tacho de la basura y observo los condones utilizados ayer a este ritmo que vamos ya debería comprar más. Niego.

Meto todo en una funda grande y voy por la basura de la cocina. Después de terminar de limpiar la habitación dejo la ropa en la lavadora mientras limpio la sala y la cocina. El tiempo ha pasado volando ya he terminado con todo el oficio miro la hora y son las 11:00. Me dirijo a mi habitación para cambiarme de ropa he decidió por unos jeans, blusa y sudadera, guardo mi celular, el dinero que entregare y mi monedero en el bolsillo de mi sudadera, busco la cadena de Jacob y listo.

Al salir de casa observo a Taylor, en el auto él se baja y esta vestido de traje me abre la puerta, es incómodo esto. Hoy es domingo no debería estar vestido con ropa formal.

—Buenos días, Ana

—Buenos días, Taylor —sonrío amable, y subo  me acomodo en el asiento trasero y Jacob también. Taylor ocupa discretamente su puesto al volante, pone en marcha el coche y se incorpora al tráfico.

—¿A dónde quiere que la lleve Ana? —pregunta Taylor

—A Childhaven —le digo a Taylor el, me mira desde el espejo algo sorprendido

—A caso no es...

—Si exacto Taylor, es un orfanato—afirmo con una sonrisa.

—¿Esta yendo de visita? 

—No específicamente, voy ha realizar una donación—digo y Taylor asiente. 

Mientras estuve en el orfanato puede recorrer las instalaciones el lugar es amplio y el jardín estaba lleno de juegos infantiles, los encargados aseguraron que me llamarían para constatar que el dinero que done fue utilizado en bien de todos los niños y niñas del lugar. Me sentí muy satisfecha al donar ese dinero, sé que mi abuela me dejo una parte, pero decidí solo quedarme con 2.000 yo no sabría qué hacer con tanto dinero nunca he sido avariciosa o codiciosa.

El dinero no lo es todo... puedes comprar una cama, pero no el sueño. Puedes comprar un reloj, pero no el tiempo. Puedes comprar un libro, pero no la inteligencia. Puedes comprar un posición, pero no el respeto. Puedes comprar comprar  la medicina, pero no la salud. Puedes comprar el sexo, pero no el amor. 

Princesa ValienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora