Princesa Valiente

Capítulo 43

POV.ANASTASIA

Me miro en el espejo y frunzo el ceño, frustrada. ¡Diablos! Tengo tres chupetes en el cuello. Me desespero y pongo los ojos en blancos. Mi única opción es colocarme una bufanda. Gracias a Dios, para mi hacia frío. Pero de algo si estoy segura y es que esto no se quedará así señor Grey.

—Nena ya estas lista. —vi a Christian entrar a la habitación.

—Tú que crees—murmuro

Sonríe cuando mira al espejo y se da cuenta de las marcas en mi cuello.

—Creo que estas demorando mucho y el señor Saed, debe de estar esperando que lleguemos—susurra mientras acomoda un mechón de mi cabello tras mi oreja.

Ya había pasado una semana, una semana muy estresante, la agenda de Christian, parecía que no tenía fin. Sin embargo, ya estábamos sábado, y todo se logró terminar a tiempo. Hoy tenemos que ir a ayudarle al señor Saed, ya que él nos había invitado para ir a  la entrega de comida para los más necesitados. Suena bien ayudar a las personas. Creo que la obra humana más bella es la de ser útil al prójimo. Supongo que tus acciones demuestran de que está hecho tu corazón.  

—Si lo sé —bese su mentón.

—Entonces andando — dijo mientras tomaba su abrigo.

Asentí

Tome mi bolso y busque el collar de Jacob y una bufanda para cubrir mi cuello. Ya en el auto mire por la ventana apenas había tráfico. Es temprano y no hay mucha gente en la calle.

—Jacob —acaricio la cabecita de mi amiguito— hoy no te separes de mí, de acuerdo— le sonrió. Él como si me entendiera ladra en respuesta.

—¿Crees que haya mucha gente? —pregunta Christian besando mi mano.

—No se supongo que sí.

Tiempo después nos encontrábamos en frente de la puerta del restaurante. Observo a la Carol que me observa a través del cristal ella corre y me abre la puerta con una gran sonrisa.

—Pasa, Ana vamos ustedes también— dice mientras observa a Christian y a Taylor.

—Gracias —sonrió avergonzada. Ella es una chica muy entusiasta y alegre.

—Chicos buenos día, muchas gracias por venir. —dice Carol con una amplia sonrisa.

—Buenos días— respondemos al unisonó Taylor, Christian y yo.

—No hay de que, lo hacemos con la mejor voluntad— digo mientras coloco en el suelo a Jacob.—espero ser de ayuda.

—Claro que si Ana.—dice Carol con una sonrisa.

—Chicos buenos días —miramos al señor Saed, que sale de la cocina.

—Buenos días, señor Saed— decimos al unisonó. El solo sonríe.

—Ese es el ánimo que se necesita aquí—dice.

—Bueno abuelito tenemos que dividirnos el trabajo —dice Carol mientras nos entrega unos mandiles.

—Si es verdad, haber muchachos ustedes dos estarán en este lugar de aquí— dice don Saed mostrándole a Christian y a Taylor.

—Bien entonces Anastasia, y yo estaremos aquí, entregaremos las tarrinas mientras que ustedes dos entregarán las bebidas y las cucharas. —dice Carol

—Está bien —dice Christian mientras se coloca una gorra negra.

Media hora después don Saed y Carol abren las puertas para que la gente empecé a ingresar.