Princesa Valiente

Capítulo 47

POV.ANASTASIA

—Su pequeña advertencia me intriga— digo alejándome de Christian.

—Una vez que te atrape te lo hare saber

—Bien dicho una vez que me atrape —sonrío mientras muerdo mi labio. Se que esto logra encender a Christian. Miro al cielo logrando relajarme gracias a las gotas que caen a mi rostro.

Me encanta esta sensación...

Cuando oigo llover y me quedo pensando ante el sonido de la lluvia golpeando el techo y el suelo, cuando salgo a la calle miro al cielo y el agua choca contra mi rostro y abro la boca, en ese momento me siento realmente viva. Siento que la naturaleza y yo nos conectamos por completo.

—Lo are —veo como se acerca a mí. Corro y Jacob también lo hace. Lo esquivo, me agacho y me vuelvo a alejar. Christian niega.

Nuevamente me persigue es divertido mirarlo y saber que lo hago sufrir ya que no me puede atrapar.

—Christian... —lo incito. Me observa y sonríe maliciosamente.

—Ahora si voy enserio— me sorprendo. Corre muy rápido en mi dirección intento huir, pero ya es muy tarde. Su mano sostiene de mi brazo me jala y caemos al suelo el encima de mí.

Desliza los dedos suavemente por mi mejilla hasta el mentón, que levanta para que lo mire a los ojos. Me estremezco por dentro. Esboza una ligera sonrisa.

—¿Y bien?

—Niña traviesa, puedes resfriarte— me reprende.

—Tú también —digo. Desliza el pulgar por mi labio inferior. Me besa y muerde mi labio.

—Ven, vamos a bañarnos —dice mientras de la nada me levanta. Y vuelve a besar mis labios mientras el agua sigue cayendo encima de nuestros cuerpos. El corazón me da un brinco cuando siento su erección.

El deseo me recorre el cuerpo y se concentra... en mi parte más profunda.

—Cla-claro...

Una vez que entramos baño a Jacob quien se encontraba cubierto de lodo y tierra. Dejo su comida y el agua junto a su camita. Camino al baño y al ingresar observo a Christian quien ahora se encuentra sin ropa. Trago duro.

Mientras muerdo mi labio observo su escultural cuerpo. ¡Joder! Se gira a mi dirección. ¡Maldición! Trágame tierra. Mis mejillas arden como nunca. Su miembro... se encuentra erecto. Vuelvo a tragar ¿Cómo es posible que eso haya estado dentro de mí?

La boca se me seca.

—¿Le gusta lo que ve señorita Lambert? —reacciono. Y desvió la mirada. Me he quedado sin voz. Christian sonríe. —metámonos mientras el agua está caliente— murmura.

—Bien —susurro. Se acerca a mí y me retira mi bata dejándome desnuda. Me pongo roja. Pueda que él ya me haya visto muchas veces desnuda, pero yo siempre me sentiré avergonzada.

Me tiende su mano yo la cojo me sostiene mientras me meto a la bañera y me siento. El agua caliente y la espuma se siente muy bien es relajante. Mi cabeza se mantiene agachada. Aun siento muy calientes mis mejillas.

—Nena—me llama.

—¿Sí? — lo miro confundida.

—Anastasia, eres muy guapa, toda tú. No hay duda de eso. Pero no bajes la cabeza como si estuvieras avergonzada. No tienes por qué avergonzarte, y te aseguro que es todo un placer poder contemplarte. —me sujeta la barbilla y me levanta la cabeza para que lo mire.