Capítulo 34

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POV.CHRISTIAN

Él ha vuelto. Mamá está dormida o vuelve a estar enferma. Yo me escondo y me acurruco debajo de la mesa de la cocina con mi muñeco. Tengo miedo mucho miedo no quiero que me golpee. Veo a mamá a través de mis dedos. Está dormida en el sofá. Su mano cae sobre la alfombra verde y pegajosa, y él lleva sus botas grandes con la hebilla brillante y está de pie junto a mamá, gritando.

Pega a mamá con un cinturón. «¡Levanta! ¡Levanta! Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta.» no soporto esto, él es malo. ¿Por qué nos hace daño?

Mamá hace un ruido, como si sollozara. «Para. Por favor, para.» Mamá no grita. Mamá se acurruca más. Yo tengo los dedos metidos en las orejas, y cierro los ojos. El ruido cesa. Él se da la vuelta y veo sus botas cuando irrumpe en la cocina. No... no todo menos eso. Va a lastimarme. Todavía lleva el cinturón. Intenta encontrarme.

Se agacha y sonríe. Huele mal. A cigarrillos y alcohol. «Aquí estás, mierdecilla.» él me toma del brazo y me lastima me empuja contra la nevera. Me duele la espalda. Ahora te castigare a ti mierdecilla. Sonríe nuevamente miro que levanta la correa y me va a pegar con la hebilla NOO...NOO...

Mi grito rebota en las paredes de la habitación y me despierta de mi pesadilla. Estoy cubierto de sudor, con hedor a cerveza rancia, cigarros y pobreza en mis fosas nasales. Sentado, pongo mi cabeza en mis manos mientras intento calmar mi intenso ritmo cardíaco y respiración errática.

No hay nada más deprimente que tenerlo todo y aun así sentirse triste. Parecía tan real la maltita pesadilla. Suspiro. Ha sido lo mismo durante las últimas cuatro noches.

Necesitó a Anastasia a mi lado yo sin ella no puedo dormir, no puedo encontrar paz en mi alma las sombras me persiguen. Grey estas pecando en contra de un Ángel si Ana, se entera de que la estas utilizando se acaba tu salvación recuérdalo. Mas rápido cae un mentiroso que un ladrón. Me riñe mi subconsciente.

La verdad es que él tiene razón, si Ana me deja estoy perdido. Grey nunca piensas si ella se enamora que remedio abra, tú no eres un hombre romántico. No... no... no creo que Ana se enamore de mí, ella es muy lista ella no puede y no debe, sentir amor por mi acaso no se da cuenta como soy.

Grey recuerda que los corazones fríos también disfrutamos de los tonos pasteles. Y yo le tengo respeto a ella sabes ¿Por qué? Porque el amar sin ser amado es lo más valiente y estúpido del mundo. Grey no juegues con sus sentimientos. No afrontas la dura verdad que te carcome tú quieres a Anastasia, solo que no lo quieres admitir. Te disfrazas y te colocas la máscara.

Solo te diré una cosa Grey, te arrepentirás y sufrirás mucho, con los sentimientos no se juega y mucho menos sin son los de la mujer que te quiere dice mi subconsciente. Ninguna como ella ha iluminado mis ilusiones, mis sueños y mis deseos, mi desamparo y mi felicidad.

No ya basta de pensar en eso sé que soy egoísta y tengo miles de defectos, pero así soy yo. Sacudo la cabeza y aparto toda idea de mí. Mirando el reloj, veo que son las tres de la mañana. Tengo dos reuniones importantes mañana... hoy... y necesito la mente despejada y dormir un poco. Maldición, lo que daría por una buena noche de sueño.

Trepando fuera de la cama, deambulo por el pasillo y me dirijo a la sala. Allí, busco una botella de agua la destapo y me la tomo me miro, vestido con tan solo pantalones de pijama, reflejado en la pared de vidrio al otro lado de la habitación. Me alejo con asco. Soy un completo desastre. Me doy lastima a mí mismo.

Princesa ValienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora