Princesa Valiente

Capítulo 8

POV.CHRISTIAN 

Abrí los ojos agitado con el cuerpo sudado y un dolor punzante atravesando mi cabeza no sé a qué hora fue que me quedé dormido. Me senté en la cama y mire a la nada, pensando hasta cuando tendría que seguirme sucediendo lo mismo. Abra acaso algún día donde podré dormir tranquilo, sin que las malditas pesadillas me atormenten.

!Maldición¡

La muerte de mi madre biológica fue un suceso trágico y cuando era pequeño no comprendía eso hasta que crecí y supe que el hijo de puta la asesino. Creo que Grace, temía que al crecer me vengará del mal nacido, por eso nunca me dio información de él. Aunque no puedo negar siento odio por él, no porque haya matado a mi madre biológica. Lo odio por todo lo que me hizo, por las humillaciones. Pero es mejor así no saber nada de él, y ahorrarme preocupaciones.

Probablemente ya esté muerto de tanto consumir droga o en la cárcel. No creo que sea una opción buscarlo posiblemente la vida le ha de estar cobrando sus malos actos.

Encendí la luz de la lampara que estaba en la mesita de noche, iluminando mi gran habitación miré la hora dándome cuenta de que ya no tenía caso seguir metido en la cama me puse de pie y me dirigí a al baño, me desnude y me metí a la ducha necesitaba un baño de agua fría para relajarme, cerré los ojos y deje que el agua mojara mi cuerpo.

Termine de ducharme y salí en busca de mi atuendo para el día de hoy, me detuve frente al gran espejo y observe las malditas cicatrices en mi fornido pecho no de forma exagerada, pero si eran notorias aborrecía esa parte y también mi espalda.

Volví a verme en el espejo y en mis ojos grises solo vi una mirada fría sin emociones no desprendían calidez alguna, era un hombre maduro y muy jodido con un pasado asechándome y listo para recordarme de donde venia yo.

Tomé mi ropa y me vestí sumido en mis pensamientos hoy tenía una junta como de costumbre ser un empresario exitoso no era fácil, pero siempre me ha gustado ser el mejor, me gustan los retos. Terminé de atar mis zapatos y fui por mis cosas salí de la habitación y mi celular sonó.

—Grey— conteste formal como siempre.

—Buenos días, señor le informo que el Charlie Tango, ya está listo a las 9 tiene la reunión con la Fundación Sin Fronteras. —me confirma Andrea

—De acuerdo —y sin más cuelgo el celular, la gente que me conoce se acostumbra a eso y saben cómo soy un hombre frío y de pocas palabras, inteligente, observador y sobre todo un solitario. Bueno mi hermana Mía, dice que soy un ermitaño un gran ermitaño. Puede que yo no lo haga por maldad, pero no suelo medir las consecuencias de mis actos o las palabras en la sensibilidad de los demás. Pero así soy yo, y que le puedo hacer.

!Que despiadado eres Grey¡ comenta mi subconsciente.

Llego a la cocina y mi desayuno ya está servido obra de quien es todo esto, pues Gail, mi ama de llaves. Bebo mi apreciado café termino mi desayuno camino a la sala y recojo mi maletín para marchame. Salí del auto y el aire frío hizo estremecer mi cuerpo, lo ignore y avance al elevador al llegar la terraza Joe, me esperaba listo para partir a Porlán donde se encuentra la Fundación Sin Fronteras.

Soy un constante benefactor de algunas de las acogidas para niños y jóvenes por ese lado me gusta ayudar. Ellos posiblemente pasaron lo mismo que yo, sufrieron antes de llegar a estos lugares. La ayuda la realizo anónimamente los niños y jóvenes no saben quién otorga el dinero. Y es mejor así.

Camine por el pasillo a la sala de juntas al ingresar ya había algunas personas.

—Señor Grey buenos días— saludaron todos amablemente y yo también lo hice. No me toma más de una hora la reunión y termine recorriendo las instalaciones de la casa de acogida.