Princesa Valiente

Capítulo 14

POV.ANASTASIA

Aun no lo podía creer en mi mente quedaron grabados aquellos ojos grises. Ningún hombre me había impactado como Christian Grey, y no entiendo por qué. ¿Por qué es guapo? ¿Educado? ¿Rico? ¿Poderoso? No entendía mi reacción irracional.

Pero aquellos ojos que no transmitían nada, más que tristeza y misterio. Aun así, esos fríos ojos grises son sorprendentemente irresistibles. Y dentro de mí una advertencia me decía que tuviese cuidado con él. Sacudí la cabeza, reprendiéndome mentalmente por estar pensando en tonterías tenía trabajo aún.

—Buenos días— saludo una voz ronca remarcando cada palabra con cuidado.

—Señor Evans, buenos días —saludó Andrea, quien estaba a mi lado.

—Buenos días— respondí y su mirada se detuvo en mí, fruncí el ceño en ese instante.

—Señor Evans, le presento a la señorita Anastasia Lambert, ella es la nueva asistente— dijo Andrea y el hizo un asentamiento de cabeza.

—Mucho gusto señorita— dijo siendo gentil.

Se retiro a su oficina y nosotras continuamos con nuestra labor hasta, que la voz que perturbaba mis pensamientos se hizo presente.

—Buenos días—saludo esa voz que podía derretir a cualquier mujer sin duda alguna.

—Buenos días— respondimos las dos al unisonó.

—Señorita Lambert, lleve un café y la agenda a mi oficina— dijo el señor Grey y se retiró.

Me levante y me fui a preparar el café, Andrea me dijo como le gustaba el café al señor Grey, entonces por ese lado no tendría problemas.

Toque la puerta y entre, pero no encontré al señor Grey deje el café en su mesa hasta que escuche algo que se quebró en el baño.

Caminé al baño y lo encontré sentado en el suelo noté que de su mano salía sangre posiblemente se había cortado con el vidrio.

—¿Señor Grey? — Dije

Alzó su rostro y me encontré con su mirada triste, parecía que no había dormido en días.

—¿Qué hace aquí? — Murmuró. Con expresión seria.

Pero solo miraba la sangre y las heridas que tenía en los nudillos de su mano. Me acerque al botiquín que había a un costado de la habitación y tome lo necesario para curar las heridas.

—Déjeme ayudarlo señor Grey— dije mientras me colocaba  a su lado.

—No es necesario yo puedo solo—advirtió brusco. Que orgulloso resulto ser el hombre. Pero estaba perdiendo sangre y actúe no me importaba si me despedía o se enojaba.

—Disculpe mi atrevimiento— dije y tome con cuidado su mano intento quitarla, pero no se lo permití.

Con cuidado pase el algodón por las heridas de su mano sentí que gruño y sople para que no ardiera tanto. Me concentre en cada herida que tenía. Parecía que había peleado, sus nudillos estaban muy rojos y lastimados.

Me sentí observada y lo voltee a ver, el rápidamente aparto su mirada de mí, quería reírme, pero solo sonreí.

—¿Por qué hace esto? — Pregunto el mirándome no comprendía a que venía esa pregunta acaso le molestaba que lo ayudaran. ¿Podría ser posible eso?

Posiblemente si era muy orgulloso a mi parecer.

—Lo hago porque puedo y también porque me gusta ayudar a las personas— dije mientras curaba la herida.