XXI. Regalos

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- Joder, joder, joder y más joder.

Me atraganté con la bebida cuando vi a Stephen y a Zayn al lado de sus madres.

Stephen iba vestido con unos vaqueros negros y una camisa blanca que al igual que la de mi hermano, tenía también desabrochado el primer botón y enseñaba sus tatuajes.

Zayn por otra parte tenía el pelo recogido con gomina dejando un mechón suelto sobre su frente y vestía unos vaqueros también negros y una camisa azul marino casi negra arremangada hasta sus codos.

Ambos me miraban – aunque creo que más bien miraban mi vestido y mi cuerpo en él – con una sonrisa mordiéndose el labio.

Al seguir tosiendo, Travis me daba pequeños golpes en la espalda para recomponerme mientras luchaba por no reír.

- ¿Cariño, estás bien? – me preguntó Sophie mientras mis padres me miraban con preocupación.

- Sí, sí, no se preocupe – contesté rápidamente – Creo que voy a tirar esto por algún lado, está asqueroso.

Los tres chicos intentaron no reír pero Travis no lo consiguió, así que le golpeé el trasero con mi rodilla antes de ir a dejar la copa en alguna parte.

Tras dejar la copa sobre la bandeja de un camarero que pasaba por ahí – la casa era tan grande que ni me sorprendía de que tuvieran camareros para la cena – intenté tranquilizarme.

- ¿Qué mierdas hacían ellos allí?

Stephen Jonhson.

Sophie Jonhson.

- ¿Cómo podía ser tan gilipollas?

Tras reírme de mí misma caminé de vuelta al grupo ya que vi que las niñas de antes estaban cerca de dónde yo me había parado.

Esas niñas realmente eran bastante molestas.

- ¿Dónde están los demás? – pregunté al ver que solo estaban los tres chicos.

- Han decidido dejarnos solos un rato – contestó Travis intentando no reír por la cara que puse en ese momento.

Os juro que si estuviésemos solos le pegaría de tal forma que no se podría levantar de la cama en días.

- Felicidades, ángel – me felicitó Zayn en el oído, ya que estaba a su lado, con un beso en la mejilla.

- Gracias – respondí tímidamente.

- ¿Es tu cumpleaños? – me preguntó Stephen al oírlo, asentí – Dios, no me acordaba. Felicidades, pajarito – me dijo de la misma manera besando mi otra mejilla.

- Gracias – contesté igual.

Os juro que hoy iba a golpear a Travis como siguiera riéndose de mí.

- ¡Chicos, a cenar! – nos llamó Trisha desde la gran mesa que habían preparado.

Casi corrí hasta ellos.

No eran muchas empleadas en la empresa pero al traer a sus familias, eso parecía un cumpleaños de niños pequeños de tantos que habíamos.

Me senté entre Travis y mi padre con Stephen y Zayn justo delante. Joder.

- ¿Tú sabías que iban a estar? – le susurré a Travis mientras comía gambas.

- Zayn sí y Stephen tenía mis dudas – rió pero rápidamente se metió un quesito a la boca para callarse.

- Te voy a matar hoy, ¿lo sabes, verdad? – el asintió volviendo a comerse otro quesito.

Estuvimos comiendo en silencio – a excepción de los otros que tenían una conversación bastante amena sobre la empresa y otras cosas que no quería escuchar – así que intenté hablar con Stephen pero estaba en la conversación con el resto y Zayn también así que solo me quedaba Travis pero parecía más concentrado en abrir la maldita langosta que nos teníamos que comer mientras la insultaba.

The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora