LIV. Genial, lo que yo quería, sí.

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Y Markus estaba completamente en lo cierto, se habían ocupado de todos los trámites rápidamente y un escuadrón de l'Arma dei Carabinieri y otro de la Guardia di Finanza nos esperaba en una de las comisarias generales de la ciudad.

- Quedaros aquí mientras hablamos con los agentes, os llamaremos si necesitamos vuestra ayuda – dijo Markus dejándonos solos a Carlo y a mí en la recepción mientras los tres agentes de Inglaterra y los importantes de ambos escuadrones se reunían en una sala cercana.

- ¿Se puede saber qué es todo esto? – Carlo en cuanto me vio minutos antes del aeropuerto me saludó con un abrazo pero no abrió la boca en ningún momento a causa de la sorpresa; ya estaba tardando en preguntar.

- ¿Sabías que tu familia trabaja en la mafia? – pregunté en un susurro pues habían varios policías de la comisaria con nosotros; mi amigo asintió lentamente.

- Me enteré hace unos años cuando mi padre nos quiso alistar pero mi madre se negó a que yo entrara, ya se metía mi familia suficiente conmigo y no quería más gente criticando mi sexualidad – explicó –; le agradecí su gesto varias veces.

- ¿Sabías que mi familia también está metida en el ajo?

- Algo oí pero no estaba seguro cien por cien, por eso no te dije nada; ¿cómo te has enterado?

- Oí cierta conversación e hice las preguntas adecuadas – asintió e hice una pausa.

Me dolían las manos al tenerlas encerradas en puños a causa de la ira, por lo que las regalé sacándolas de los bolsillos de la chaqueta y dejándolas caer en mi regazo.

- Nuestras familias, esto es de cosecha propia, creo que trabajaron en algo y tu familia o salió mal parada o no le gustó como acabó aquello por lo que se vengó de mi familia y los ha secuestrado – Carlo tragó duro –; y ¿te acuerdas de Zayn? Parece ser que trabajó para tu familia, ocurrió algo parecido y también lo han secuestrado.

Cada ver que decía una sílaba de aquello, el nudo en mi garganta se hacía más insoportable al tener que mirar a mi amigo a los ojos, pues él no tenía ninguna culpa de lo que había hecho su familia pero seguramente al juez del caso aquello le daría igual y acabaría en prisión también, al igual que mi familia si los agentes se enteraban de todo.

- ¿Zayn? – asentí – Me sonaba su cara cuando nos presentasteis pero no sabía de qué – aquello confirmó mis dudas.

Durante el viaje en avión reflexioné, reflexioné sobre si había un error en la tablet o si aquel chico de la pantalla se parecía mucho a él; me conciencié que Zayn no había estado trabajando para la mafia de los Gabbana.

Pero todo se fue a la mierda cuando Carlo habló.

- No solo los tienen a ellos – continué –, está también mi novio Stephen y mi hermano.

- ¿Travis? Pensé que él entr...

- No me refiero a Travis, sino a Jace – el vaso de plástico que había contenido anteriormente su café cayó al suelo.

- Jace está muerto.

Eso quería seguir creyendo yo.

- El otro día fui con Stephen al cementerio y exhumamos su cadáver – susurré casi inaudible aquello – y no había cadáver en su ataúd. El ataúd estaba intacto, como si nunca hubiese habido un cuerpo allí; al principio descarté la idea pero tras un ataque de ansiedad aquella era la única opción viable.

- Pero viste el cuer...

- Me hicieron ver su cuerpo en el suelo sin vida – le corté –. Tiempo antes de venir a por lo del concurso me encontré con un chico, que casualmente si recuerdo ahora su cara se parece mucho a Jace, en la biblioteca y más tarde lo he visto siguiéndome o espiándome por Londres y también aquí cuando vinimos.

Hice una pausa para que pudiera asimilarlo todo, tanto él como yo.

- ¿Cómo te explicas que un chico que se parece a él me vigile y casualmente cuando saco su ataúd está completamente vacío?

- ¿Hablaste alguna vez con él? – negué.

- Siempre que me intentaba acercar a él, salía corriendo.

- Ya no me digas nada más.

Tras aquello no volvimos a hablar del tema y para despejarnos de tanta mafia y tanta mierda empezamos una conversación de temas banales que acabó sin remedio alguno en Stephen y Zayn.

Genial, lo que yo quería, sí.

- Cuando os vi juntos pensé en que quizá estabais juntos – se encogió de hombros – y cuando os vi besándoos la última noche se confirmaron mis sospechas.

- Llevo con Stephen unos meses – negué con la cabeza.

- ¿Y os besasteis? – asentí – Entonces no estás con Stephen porque lo ames.

- Pero...

- Clarissa, te conozco más que tu madre – me cortó – y sé que no eres de picar mientras tienes una tarta en el horno. ¿Qué sientes cuando tú y Stephen os besáis?

- Que toco el cielo.

- ¿Y con Zayn qué sentiste? Dime la verdad.

Permanecí en silencio durante un rato buscando las palabras adecuadas.

- No lo sé – enterré mi rostro en la cuenca que formaban mis manos –; él es a veces tan ugh pero en aquel momento y cuando ha intentado besarme antes siempre lo que había a nuestro alrededor se desvanecía, como si solo estuviésemos los dos solos. Pero Stephen me hace feliz.

- Te hace feliz porque tú quieres hacerle feliz y ves que a él le sale solo amarte – me acarició el pelo –. Dices que Zayn es a veces ugh pero te gusta de la misma manera que tú a Stephen o incluso más, Stephen es tu escusa para no salir con él; porque temes enamorarte de él profundamente y por ser tan ugh lleguéis a discutir y se vaya todo a la mierda. No quieres sufrir y con Stephen no sufres.

Odiaba que Carlo me conociese tanto; incluso estando a kilómetros de mí con una simple conversación sabía más de mis problemas que yo misma y sabía abrirme los ojos mejor que alguien que estaba justo a mi lado, viviendo conmigo continuamente.

- Chico, entra – llamó Yaser.

- Intenta que no te metan en la cárcel siendo inocente – le supliqué a Carlo mientras se levantaba de la silla.

- Te lo prometo – besó sus dedos y rozó con ellos mi frente.

***

Intenté sonsacarle información a Carlo cuando volvió a salir pero me fue misión imposible, pues cuando me levanté para hablar Yaser y Markus salieron con el otro agente seguidos de los otros peces gordos, llamando a su hombres, como si fueran una gran avalancha de nieve y antes de pudiera asimilarlo todo estábamos frente a la casa de campo de los Gabbana escondidos entre la maleza con todos los agentes posicionados para disparar justo cuando recibiesen la orden.

- ¿Y ahora qué? – le pregunté colocándome al lado de Markus de cuclillas, Carlo se posicionó en el otro lado.

- ¿Qué se supone qué hacen en las películas ahora, señorita? – intentó no reír.

- Entrar – dije obvia.

- ¿Qué crees qué vamos a hacer, entonces?

- ¿Y cómo se supone que vais a entrar? – Markus rió ahora.

- Tú y yo vamos a entrar ahí – dijo Carlo haciéndome caer al suelo por la sorpresa.

- ¿Qué? – grité.

Ni de coña iba a entrar yo ahí.

Quise exigir una explicación pero ya era demasiado tarde, Carlo me colocó sobre su hombro y a la fuerza me entró a la casa tapándome la boca con una mano para que no armara la de Dios; sin embargo, cuando le mordí para que me soltara golpeó con su puño libre mi nariz dejándome inconsciente.

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Lots of love ♥ 


The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora