XLIX. Incertidumbres

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Pov. Zayn

- El amor es una mierda – dije acabando con el silencio que reinaba en la habitación.

- ¿Qué? – preguntó Louis levantando la cabeza de la almohada.

Tras la conversación con Clarissa, eché de mi casa a Perrie cegado por la ira – ganándome una ostia de su parte y la promesa de no volverme a ver en lo que le quedaba de vida – y me fui como alma que lleva el diablo a casa de Louis a hablar con él. Tenía pensado gritarle un par de cosas por ser tan bocazas pero acabamos jugando al FIFA en su habitación hablando de cosas banales hasta que se me relajaran los putos humos, como decía él.

- Estábamos haciendo ediciones nuestras sobre novelas románticas en clase y la que tenía que corregir yo es de una chica que está enamorada de un chico que está con otra pero en realidad lo hace porque le gusta la chica y no sabe qué hacer para estar con ella – recordé un trabajo que hicimos antes de irnos al viaje.

Aunque en realidad era para que opinara sobre la situación.

- Pues como tú – murmuró casi inaudible.

- ¿Qué? – no estaba seguro si lo había oído bien.

- Que el amor no es una mierda, Malik.

- Sí que lo es – repliqué –. Cuando eres pequeño y te enamoras dicen que es por capricho; si vas por la calle y ves a una tía buena, solo la verás ese día y nunca sabrás ni su nombre; y si te enamoras de una miaga y no siente lo mismo, destrozas una puta amistad por tus sentimientos.

Había destrozado la relación que podría haber tenido con Clarissa por haberme enamorado de ella y ella no sentir lo mismo; o eso me había dado a entender anteriormente.

- Zayn, el amor no es una mierda – repitió –. Solo le tienes miedo.

¿Qué? – reí.

- A ver, en realidad, quien tiene miedo al amor a lo que realmente le teme es a que no sea para siempre – explicó.

- ¿Eso de dónde te los has sacado?

- De un libro – ambos reímos –. Pero escúchame – volvió a ponerse serio –, Zayn, te he estado observando y estás con Perrie porque sabes perfectamente que es un polvo fácil y sabes que así no aumentarán tus sentimientos hacia Clary.

Pero no ha funcionado para nada.

- Porque crees que si te enamoras de ella, te romperá el corazón tarde o temprano, y te aterra eso – siguió diciendo –. Te aterra que llegue un día en el que ya no esté a tu lado. Te aterra perderla para siempre.

Hizo una pausa.

- Pero, Zayn, debes saber que ella nunca te dejará. Nunca. Y eso es muchísimo tiempo.

Otra pausa.

- Ella te quiere, tío; como tú a ella. Aunque me haya dicho que lo del otro día en la discoteca de Roma no significó nada para ella.

- Clary es más sincera que una máquina de la verdad, si te dijo que no significó nada para ella es que no significó nada – me jodía pero era así.

- ¿Sabes por qué me ha dicho eso? Porque está cansada de cómo te portas, si dejaras de ser un gilipollas prepotente y le mostrarías tus putos sentimientos quizá me hubiese dicho realmente lo que sintió aquel día.

Pensé en aquella posibilidad.

- ¿Y Stephen? – pregunté.

Hiciera lo que hiciese ese todavía estaba en la ecuación y era imposible sacarlo de allí; era su novio, ambos me lo había confirmado cada vez que los veía besarse.

Cada vez que algo dentro de mí se rompía.

***

Tras hablar largo y tendido con Louis, salí de su casa para ir a la mía ya que era la hora de la cena y a parte de no querer molestar más en su casa, me apetecía pensar en mis cosas yo solo.

¿Me quería Clarissa como había dicho Louis?

¿Le temía al amor?

¿Temía enamorarme de ella por si me abandonaba aunque ya lo hubiese hecho perdidamente?

¿Había estado con Perrie solo por eso?

¿La quería?

Y no sabía hasta que punto.

- Hola, Zayn – dijo una voz sacándome de mis pensamientos, un mar lleno de incertidumbres.

Giré la cabeza hacia la voz y me encontré a un chico justo a mi lado que no me esperaba a ver en la vida de nuevo.

- ¿Quién eres? – entre que ambos eran gemelos y la oscuridad tapándole el rostro poco iba a saber yo.

Anduvo unos pasos más acercándose y revelándome así su identidad al posicionarse bajo una farola, pero seguía sin distinguirlo.

¿Mauro? Creo que se llamaba así, tampoco es que estuviese muy pendiente de él cuando se presentó.

¿O puede que fuera Carlo? Aquel sí que me cayó bien.

- ¿Qué haces aquí? – pregunté con cara de pocos amigos. Si fuese Carlo, no hubiese sido tan prepotente.

- ¿Esas son las formas de saludar, Malik? – dice mis manos puños en el interior de los bolsillos de mi chaqueta.

Solamente Clarissa podía llamarme así; incluso en las carreras que me llamaran así o el mismo Louis, me ponía de mal humor.

- No tengo para toda la noche – dije molesto.

- Pasaba por aquí – respondió con una sonrisa.

- ¿Pasabas por aquí? – repetí incrédulo.

Ni que en sueños me hubiese teletransportado a Italia, fantasma.

- ¿Te acuerdas de mis trabajos? – preguntó cruzándose de brazos – Aquellos que tanto te asombraron.

Asentí al recordar cómo lo vi traficando junto a un chico sin el más mínimo temor de ser pillados el día que lo conocí.

- Pues solamente estoy trabajando en una nueva misión – contestó acercándose a mí nuevamente.

Intenté alejarme de él pero mi espalda chocó contra el pecho de otra persona que no me dio tiempo a reconocer.

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¡Aquí está el 2/2! 

No actualizaré mañana, y pasado seguramente tampoco, so ¡feliz navidad y prospero año nuevo!

Lots of love 



The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora