XIII. Elecciones

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Había pasado unas semanas, casi un mes, desde aquella noche terriblemente traumática.

No había pasado ni un día en el que no hubiese tenido pesadillas, no hubiese vuelto a llorar como una auténtica fuente y al final hubiese optado en continuar con aquello que dejé atrás en Italia.

- Hola – dijo una voz a mis espaldas mientras contemplaba con añoranza aquella foto de Jace y Sarah colocada en esa especie de altar en aquel circuito.

Sí, me podéis llamar masoquista; he estado todas y cada una de las semanas pasadas – antes de la universidad ya que pilla de camino – visitando este lugar y observándolo todo y sobretodo aquella foto. Y aunque una parte de mí se rompa cada vez que la veo, otra parte de mí se siente como si verdaderamente Jace estuviera a mi lado, abrazándome y diciéndome que todo ha pasado, que ya no debo llorar más. 

- Hola – giré sobre mis talones para averiguar a quien pertenecía aquella voz.

Detrás de mí se encontraba un chico – de la misma altura que Harry más o menos – rubio de ojos azules que a través de la camiseta blanca que portaba, se podía visualizar parcialmente los tatuajes de su torso y brazos.

Una persona normal tendría miedo de estar en aquel lugar y que un desconocido te salude casualmente, pero aquel chico me resultaba familiar y me sonreía dulcemente.

- Eras hermana de Jace Salvatore, ¿verdad? – preguntó con cautela colocándose a mi lado observando la misma foto que yo había observado minutos antes.

- Sí – contesté girándome de nuevo.

- Sabía que te conocía de algo – esta vez observó mi persona.

Mantuve el silencio durante unos minutos.

- Soy Stephen – se presentó –, aunque tu hermano me llamaba Johnson.

Hice memoria por si alguna vez Jace había nombrado aquel nombre por casa pero a mi cabeza no venía tal recuerdo. 

- Tu hermano y yo no nos llevábamos del todo bien, siempre nos picábamos entre nosotros cuando uno ganaba las carreras. Éramos como el gato y el ratón. Para nosotros la carrera no consistía de varios competidores, sino solo y exclusivamente entre nosotros.

Volví a hacer memoria y una gran carcajada salió por mi poca.

- ¿Qué? – rió él.

- Ya sé quién eres – coloqué una mano en mi boca para retener la risa –; aunque no te llamaba Johnson realmente.

- ¿Cómo me llamaba? – preguntó con curiosidad sentándose en el bordillo de la acera.

- Figlio di troia Johnson – contesté.

- No sé si quiero saber que significa – rió y yo con él.

- Será mejor que no lo sepas, aunque creo que lo decía cariñosamente.

- Aunque si olvidábamos nuestras diferencias a veces éramos buenos amigos – dijo mirando hacia ningún punto en concreto – Solo éramos como dos hermanos lobeznos que discuten por la leche de su madre pero luego juguetean juntos por el bosque.

- Jace era así con Travis – dije mirando “al mismo punto” que Stephen sentándome a su lado.

- Excepto contigo – volvió a mirarme –, a ti te protegía como si no hubiese mañana.

- Sí – bajé la vista a mis tacones.

- El día que te trajo aquí no te soltó hasta que comenzó la carrera – dijo toqueteando un colgante plateado atado a su cuello que perfectamente había pasado desapercibido para mí todo este tiempo; al verlo me resultaba bastante familiar.

The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora