XXVIII. Recuerdos

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- Pequeñina, ¿qué haces durmiendo aquí? - me zarandeó mi madre.

Abrí los ojos y estaba tirada en el suelo del pasillo con Zap a mi lado y con surcos de lágrimas en ambas mejillas. La miré y vi que llevaba sus grandes gafas negras - las cuales me recordaban a una mosca o a los ojos de los gatos - ocultando sus ojos, aunque por sus mejillas se podía apreciar los surcos de lágrimas como los míos.

Me levanté del suelo y la abracé fuertemente mientras volvía a llorar ahora mojando el hombro de su bonito abrigo largo y negro.

- ¿Dónde está tu hermano? - preguntó tras haber llorando bastante ambas.

- No lo sé - quise contarle lo de anoche pero por alguna extraña razón, pensé que no sería lo más correcto.

- Vale, lo llamaré más tarde - besó mi frente y se alejó.

- Mamá - la llamé.

- Dime, Clarissa.

- ¿Podemos ir a Doncaster?

Había estado pensando, mientras volvía de casa de Stephen, en irme a casa de Sarah puesto que ella también necesitaría algo de apoyo y ¿qué menos de ir con ella después de tanto tiempo sufriendo en silencio?

- Claro - dijo antes de adentrarse en su habitación.

A llorar tranquilamente, supongo.

Me metí yo también en la mía y cambié mi ropa por un chándal cálido negro.

- Estoy fuera - comuniqué antes de salir por la puerta cogiendo a Zap en brazos para más tarde soltarlo en el pequeño parque que teníamos la urbanización.

Me senté en uno de los columpios y me balanceé lentamente con Zap a mi alrededor desenterrando y enterrando arena o cogiendo palos colocándolos en una pequeña fila. Era asombroso como se entretenía fácilmente.

- Yo: Siento haberte hablado así antes -emoji de arrepentimiento-

- x Stephen x: no te preocupes -emoji de comprensión-

- x Stephen x: creo que he hecho mal en decirte lo que te he dicho

- x Stephen x: el que debe sentirlo soy yo, pajarito

- Yo: no, lo siento yo bc soy una impulsiva y me dejo llevar por la situación

- Stephen: tranquila x

- Stephen: ¿estás mejor?

- Yo: todo lo bien que puedo estarlo

Tras terminar de escribir, Zap me trajo uno de los palos que había cogido hasta dejarlo ante mis pies; lo cogí y lo lancé a la otra punta del parque para que me lo trajera de vuelta.

Oí como unas pisadas iban resonando más y más en el asfalto hasta que la persona dueña de las huellas se sentó en el columpio a mi lado, esperé que fuera uno de mis vecinos puesto que eran los únicos que tenían las llaves de la urbanización y se les estaba permitido el paso a este pequeño parque.

- Hola, ángel - me saludó Zayn con un cigarro entre sus dedos sobresaltándome.

- Felicidades - besé su mejilla.

- Gracias - me sonrió besando también la mía -. ¿No crees que está un poco oscuro para llevar gafas de sol?

- El sol oculto entre las nubes daña más a los ojos claros que el sol de verano - le expliqué.

Al haber llovido, el cielo estaba encapotado de nubes grises casi negras, y aunque llevase las gafas por esa razón también las llevaba para ocultar mis ojos rojos a causa de las lágrimas.

The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora