L. Angustia

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Tras insistirle a Stephen de que lo que estábamos haciendo era buena idea – estaba absolutamente y al cien por cien de que lo que estábamos haciendo no era nada legal – conseguimos escondernos en un gran panteón familiar hasta que el conserje del cementerio se marchara a su hogar tras haber caído la noche.

- Quizá si nos pillan podemos decir que se nos pasó el tiempo y no nos dimos cuenta de que sonaba la alarma de cierre; pero ¿crees que esto, hablando religiosamente, es correcto? – preguntó Stephen pasando entre las tumbas que habían enterradas en el suelo.

Ambos éramos unos matojos de nervios pero yo por lo menos podía hablar sin que me castañearan los dientes y no me iba a dar un infarto como a él.

- Imagina que estás en el supermercado: si pisas a alguien le pides disculpas y listo – intenté no reír.

Si alguien nos atacaba mientras estábamos aquí o en otra situación diferente, lo tenía crudo si me tenía que proteger él.

- ¿En el supermercado? Oh, espera, voy a preguntar por dónde se va a la sección de carnicería – tuve que hacer milagrosos esfuerzos por no reír ante su comentario.

- Cállate la boca y sígueme – entrelacé nuestros dedos y aceleré el paso cuando vi la hilera de tumbas donde se encontraba la de mi hermano.

Saqué una de las llaves inglesas que había cogido prestadas de la oficina del conserje y con muchísimo más cuidado del que había empleado alguna vez en mi vida retiré las tuercas que sostenía la lápida y más tarde ésta para poder llegar al ataúd de Jace.

- ¿Se te puede saber qué cojones haces? – alzó la voz y tuve que contenerme por no partirle la lápida en la cabeza por ello.

- Exhumar un cadáver; ¿a ti qué cojones te parece? – contesté entre dientes.

- ¿Y qué haces exhumando un cadáver? – preguntó del mismo modo sosteniendo la lápida – ¡Y más el de tu hermano!

- ¿Te vas a callar ya la boca? – le tapé ésta con la mano mientras con la otra tiraba del ataúd para sacarlo un poco.

- No me puedo callar cuando mi novia está exhumando el cadáver de su hermano, que curiosamente es mi mejor amigo.

- Stephen, por favor – supliqué.

Lo debatió durante unos segundos en su mente, mirándonos a mí y al ataúd continuamente, con la mandíbula totalmente tensa y a continuación besó mi frente dándome su aprobación. Di gracias a mi madre por haber elegido un ataúd fácil de abrir y cerrar ya que con solo abrir la parte de los pies podía ver todo lo que necesitaba ver.

Caí al suelo de culo como si alguien me hubiera empujado con todas su fuerzas.

Tiene que ser una puta broma.

Miré a Stephen y el tenía la misma cara pálida que seguramente tendría yo, volví a mirar el ataúd y así durante unos minutos pasé mi mirada del ataúd a mi novio.

- ¿Dónde mierdas está tu hermano? – casi gritó atónito.

Me levanté del suelo poniéndome de rodillas e introduje la mano en el interior del ataúd y la moví frenéticamente sobre la tela blanca acolchada pero nada; ni siquiera el polvo de los huesos podía hallar allí. Cerré el ataúd, lo puse en su sitio al igual que la lápida y una vez todo puesto en su sitio caí al suelo nuevamente de culo.

- Clary, dime algo, por favor – suplicó arrodillándose para cogerme el rostro entre sus manos.

- Claramente un cadáver después de diez años se ha descompuesto – dije en voz alta, como me ha pedido, pero tenía la mirada completamente perdida; ni siquiera era capaz de enfocar el maldito suelo por más que pusiera empeño.

The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora