The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]

XXII. Preguntas

- Pequeñina, levántate o llegaremos tarde a casa de los abuelos – dijo mi madre destapándonos.

Fui hasta la ventana y subí la persiana encontrándome una calle totalmente nevada y el cielo encapotado de nubes que avecinaban lluvia.

Iba a ir a darme una ducha pero como que no me apetecía congelarme mientras me desnudaba y me metía en ella y luego me volvía a congelar para cambiarme, así que caminé hasta el armario y saqué: unas mayas negras – que tenían como pelo por dentro –, una blusa blanca y un jersey azul marino.

Me lo puse todo rápidamente y corrí escaleras abajo tras ponerme unas botas, con Zap tras mía.

Había decidido llamarle así.

Después de estar un rato observando el increíble dibujo de Zayn, pensé irremediablemente en su torso desnudo lleno de tatuajes y en aquel tatuaje de su brazo.

No me preguntéis por qué pensé en sus tatuajes, simplemente lo hice y ni yo sé porqué.

Me puse el abrigo y cogiendo una de las mantas que había utilizado Zap para dormir, salí con él a la calle a esperar a que vinieran Travis y mi padre con el coche y mi madre colgara el teléfono mientras hablaba con una de mis tías.

- ¿Te gusta? – reí cuando Zap se tiró en la nieve y empezó a revolcarse en ella, yo simplemente me senté en el bordillo de la acera y lo observé atentamente.

- Clary, corazón, ¿qué tal? – preguntó una voz a mi lado mientras el pequeño intentaba morderme las manos, pero al ser tan pequeño me hacía más cosquillas que daño.

- Hola, Trisha – la saludé cuando la reconocí levantándome de la acera para darle dos besos.

- Me dijo Zayn, el muy inconsciente, que ayer fue tu cumple cuando volvió a casa – reí – Así que felicidades atrasadas, corazón – volvió a darme dos besos.

Que mujer tan adorable.

Al contrario que Zayn, cuando se lo proponía podía ser la persona más detestable del mundo. Oh, bueno, luego estaba esos momentos en que podía ser un pelín adorable regalándome aquel dibujo nervioso.

No había quién le entendiera.  

- Gracia… ¡Hey! – le grité a Zap cuando se metió en la casa de Zayn.

Segundos después salió éste jugando con el perrito en sus manos mientras le chupaba la cara.

- Creo que es tuyo – rió Zayn mientras me lo dejaba en las manos recibiendo unos pequeños ladridos felices.

 - ¿Es un perrito? – preguntó Safaa detrás de su hermano; asentí – ¿Puedo tocarlo? – preguntó ilusionada.

Iba a ponerlo en sus manos pero en ese momento se me enganchó en el abrigo casi trepando a mi hombro y tuve que agacharme yo misma para que lo acariciara.

- ¿Le has puesto ya nombre, ángel? – me preguntó Zayn cuando conseguí dejarlo en las manos de Safaa y poder levantarme.

- Em... Zap – contesté casi susurrando mirando su brazo, aunque lo llevaba tapado con la manga de su chaqueta negra; Zayn me enseñó una gran sonrisa con la lengua entre sus dientes.

Esa sonrisa no podía ser real, imposible.

- Es guay – dijo mientras me mordía los labios custridos; era una manía cada vez que me ponía nerviosa.

- ¡Marmota! – gritó Travis desde el coche y en ese momento mi madre salía de casa poniéndose una bonita bufanda blanca.

Vi el conjunto que se había puesto y se notaba a leguas que trabajaba en el mundillo de la moda, ¡siempre iba conjuntada!