- Pues mira no, no quiero hablar contigo – dije cortante levantándome del bordillo junto a Alison. Aunque ésta entró dentro del club dejándonos completamente solos junto alguna que otra pareja ebria liándose y el gorila de casi dos metros de altura de la entrada que estaba deseando marcharse de allí e irse a su casa para descansar de su estúpido trabajo.
- ¿Por qué? – alzó la voz dando una zancada hacia mi persona.
- Porque estaba pasando el mejor momento de mi vida aquí en Milán hasta que llegaste – me separé de él bajando a la calzada; algo totalmente estúpido, pues los coches por allí pasaban rápidos y nunca sabías cuándo uno iba a doblar la esquina.
- ¿Cuándo has venido? – preguntó cogiéndome de las muñecas suavemente para subirme a la acera antes de que alguno llegase y me atropellara.
Si no estuviese enfadada con él desde hace tanto tiempo que ni me acuerdo, quizá le hubiese dado las gracias por su acto.
- Esta mañana, a las once– murmuré.
- Solo llevas aquí veintidós horas, no llevas ni un día – rió.
- Pues eran las mejores veintidós horas de mi vida hasta que llegaste tú – dije y caminé de vuelta al club chocando mi hombro con su brazo por accidente aunque rudamente.
- ¡Clarissa! – gritó girándose en mi dirección.
- ¡Mauro! – grité girándome en la suya, haciendo probablemente que alguna de las personas que estaba allí pusieran toda su atención en nosotros.
- ¡Te he echado de menos!
- Díselo a quién mierdas le importe – dije girándome de nuevo.
- ¿Por qué me bloqueaste en whatsapp y no coges mis llamadas?
- Porque ¿tú ves normal cincuenta mil putos mensajes y llamadas las veinticuatro horas del día todos los días de la semana? – grité girándome y caminando hacia él hasta que nuestras respiraciones se unieron en el mismo ahuecamiento – Yo no, por lo menos.
- Hablas con todo el mundo menos conmigo – acunó mi rostro entre sus manos acariciando mis mejillas con sus pulgares.
- ¡Yo no te drogué en una fiesta para que te acostaras conmigo porque no querías! – grité cabreada apartando sus manos con asco de mi rostro – ¡Yo no te engañé para que te acompañara a vender droga a unos críos!
- Solo tenían dos años más que nosotros – dijo restándole importancia al asunto.
- ¡Justamente la misma edad que Travis! – me estaba estresando rápidamente – ¿le hubieses vendido a él droga?
- Tu hermano sabe donde conseguirla fácilmente, yo no le hago falta.
- ¿Qué? – grité recuperando los pasos que me había alejado anteriormente.
- ¿No me digas que tu padre todavía no te ha dicho nada? – casi rió –En realidad es comprensible.
- ¿Decirme qué? – pregunté cogiéndole de las muñecas para que me prestara atención.
- Déjalo; me voy a casa – anunció liberándose sin esfuerzo alguno de mis agarres y echando a andar calle abajo.
- ¡Mauro! – seguro que estaba montando una escenita allí pero no podía permitir que se fuera de rositas cuando había dicho una cosa así, y encima sobre mi hermano.
- ¡Clarissa! – dijo imitando mi voz.
- Ven aquí ahora mismo y dime todo lo que tengas que decirme – caminé hasta él agarrando nuevamente sus muñecas.
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The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]
Fanfiction«She's not afraid of all the attention. She's not afraid of runnin' wild. How come shes so afraid of fallin' in love? She's not afraid of scary movies. She likes the way we kiss in the dark but shes so afraid of falling in love» ❝ Hay siete razo...