XLII. ¿Empezamos ya el lunes?

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- ¡Ah! – gritó una voz despertándome.

- ¿Qué pasa? – grité tirando la almohada al suelo al haberme dormido con la cabeza bajo ella.

- Louis ha muerto – rieron todas.

Al seguir medio dormida tuve que restregarme varias veces los puños en los ojos y cuando ya veía más o menos bien, miré al suelo y vi a mi querido amigo tirado soltando palabrotas por doquier.

- ¡Me cago en toda vuestra raza! – gritó intentando levantarse – ¡Casi me mato por vuestra puta culpa y vosotras hijas de puta bien que os reís de mis desgracias!

Alison, mientras reía, cogió de las manos a Louis ayudándolo a levantarse.

- ¿Cómo se os ocurre tener las zapatillas tiradas, desgraciadas? – se quejó pegándole una patada a mi zapatilla lanzándola a la otra punta de la habitación.

- ¿Y tú cómo has entrado? – preguntó Natalie con el cepillo de dientes en la boca.

- Por la puerta, ¿por dónde sino? Natalie, amiga mía, te pensaba más lista – bromeó ganándose una almohada de la morena en toda la cara – Alaric, Angelo y yo tenemos una copia de todas las puertas de las habitaciones que se han reservado al estar al mando por si alguien la pierde o algo por el estilo.

Oír el nombre de aquel hombre en aquella oración hizo que mi cabeza desconectara de lo que habían empezado a hablar en la habitación y me sumergiera en mis propios pensamientos recordando cómo Travis me había dicho que debía mantenerme alejada de él lo más que pudiese. Le dije que iba a ser fácil ya que no tenía ningún tipo de relación con él, pocas veces hablábamos en clase, y no podía entablar una conversación conmigo como con los demás pero ahora sí que lo tenía crudo.

¿No quedarme nunca sola con él? Fácil, siempre estaba acompañada; aunque al baño normalmente iba sola.

¿Rodearme de gente, aunque solamente fuese una? Perfecto, si no estaba rodeada de todo mi grupo de amigos estaba con Louis o con Zayn.

En la habitación éramos seis, ni siquiera sabía cómo habían reservado habitaciones para tantos, y al solo tener una tarjeta para entrar siempre íbamos juntas pero ¿qué pasaba si por algún casual estaba sola en la habitación y él entraba con su tarjeta?

Estaba más muerta que Jace.

- ¡Clary! – gritó Louis para llamar mi atención.

- ¿Qué? – pregunté tras sacudir la cabeza.

- ¿Qué pasa? – preguntó preocupado – Tienes mala cara

- Nada, nada – reí.

- Pues vístete que nos vamos – y eso fui haciendo mientras me metía de nuevo en mis pensamientos.

Estaba cagada de miedo y ni siquiera sabía qué demonios quería ese hombre y por qué era uno de los hombres de Giorgio Gabanna, que además de ser mi ex suegro, era uno de los mejores amigos de mi padre.

Esperad un minuto.

Giorgio era amigo de mi padre desde que eran pequeños – desde que llevaban pañales, me atrevería a decir – y mientras estaba con Mauro me trataba como a una hija.

La política ahora tenían problemas por doquier en cualquier país del mundo y los Gabanna estaban tan metidos en la política que era fácil que tuvieran enemigos – por eso tanta seguridad en su casa – por todo el país, incluso puede que en el exterior también.

Toda mi familia estaba metida en la mafia, hasta incluso Luca e Iris seguramente; ¿y si los Gabanna también al estar Giorgio y mi padre tan unidos y ese hombre me vigilaba porque mi padre se lo había pedido a Giorgio?

The afraid of falling in love ➳ z.m. punk [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora