Mis náuseas no hacen más que aumentar al ver el cuerpo del rey. Noto un gran vacío en el pecho, como si me hubieran arrancado el corazón. Una figura aparece en el umbral y luego un par más, entre ellas la de Ailish. Le miro de reojo, una lágrima silenciosa resbala por su mejilla. Se cubre el rostro con las manos. Garin la estrecha entre sus brazos mientras empieza a sollozar.
Me tiemblan las rodillas pero logro mantenerme en pie. Ando lentamente hacia el cuerpo con los ojos humedecidos.
—No —balbuceo —... por favor.
Caigo al suelo intentando contener las lágrimas. Pero soy incapaz, esto es demasiado, demasiado incluso para mi.
Abrazo su cuerpo inerte con fuerza, ignorando el rechazo que me produce. Tiene todo el cuerpo demacrado, y una enorme abertura en el pecho.
Y su tacto ya no es cálido, ahora es frío como el hielo.
Solo pensar en lo que habría sufrido...
Mis lágrimas caen al suelo y se mezclan con la sangre seca. Acercó su cabeza a mi y veo, horrorizada, una expresión de terror en su rostro.
—Perdóname —susurro entre sollozos—. Es todo culpa mía... No he cumplido mi promesa, te he fallado. Lo siento.
Debería haber estado a su lado, debería haberlo sabido.
«Lo sabías, desde hacía semanas, tus pesadillas son la prueba de ello, pero no has hecho nada por evitarlo.»
Ojalá hubiera sido yo, él no merecía morir. No merecía tener una vida tan breve, tan horrible como la que vivió.
Permanezco quieta durante unos largos minutos. Ninguno de los presentes se atreve a moverse, simplemente se quedan ahí, en silencio. Hasta que Ayla reúne el valor suficiente como para acercarse a mí.
Apoya su mano en mi hombro.
—Keress... —dice con delicadeza.
Sacudo la cabeza.
—Déjanos estar solos. Ne-necesito... hablar con él.
Es una respuesta débil, sin ganas, no me molesto en mirar a la chica siquiera. Mi tristeza supera con creces el odio que siento por ella, ahora ese odio apenas me importa.
Ayla asiente y se aparta lentamente.
Dirijo mi atención hacia Amrin.
—Me arrepiento de no haber pasado más tiempo contigo, nunca he podido expresar todo lo que siento por ti. Por que soy incapaz, incapaz de explicarlo con palabras. Y se que es demasiado tarde para decírtelo.
Cierro los ojos e intento relajar mi respiración. Noto como el dolor de mi pecho se vuelve más intenso.
—Eres la única alegría que he tenido. Lo único que he deseado. Y te he perdido de forma tan brusca que... Ojalá siguieras aquí, te necesito más que nunca.
Le acaricio la mejilla con dulzura y me enjuago las lágrimas con la manga de mi camisa. Logro esbozar una débil sonrisa, intentando imaginar su rostro sonriente, sus oscuros ojos. Pero eso solo me hace sentir peor.
Entrelazo mi mano con la suya, suave y temblorosamente. Sus dedos están tiesos y fríos, claras indicaciones de que sus dioses ya se lo han llevado. Lo han alejado de mi.
Malditos bastardos inmortales.
¿Es esto ser humano? ¿Implica tanto sufrimiento? Si lo hubiera sabido jamás me habría dejado llevar por mi corazón. No merece la pena sufrir tanto, no por un simple sentimiento.
Ahora me siento débil, insignificante; como si una parte de mi alma estuviera muriendo poco a poco.
Me inclino levemente sobre el cuerpo inerte de quien tantos recuerdos tenía y mis labios se posan sobre su boca, con desesperación, intentando buscar una forma de hacer más ameno el intenso dolor que ha invadido mi cuerpo. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo al reparar en que estos ya han perdido toda su calidez. Ya no siento nada especial, nada que merezca la pena.
Una ráfaga de dolorosos y anhelados recuerdos azota mi mente. Amrin besándome, acariciándome, susurrandome.
Todo eso nunca volverá a suceder. Nunca volverán a amarme. La única persona que alguna vez pudo hacerlo ya no está.
Se ha ido.
Para siempre.
—Te amo—le susurro en el oído, como si él aún pudiera oírme.
Continuo abrazada al cuerpo. Pero una sombra a mi lado me llama la atención. Alzo la vista y veo a Ailish, con expresión de espanto.
—Oh, por los Dioses... —murmura— ¿Quién... ha hecho esto?
Trago saliva antes de responder.
—¿No es lógico? Fijate bien, Ailish. ¿Quién crees que ha podido matarlo de forma tan cruel?
Ella se queda en silencio
—Solo una bestia ha podido hacer esto —digo sin molestarme en contener mi ira.
Sus ojos brillan por unos breves segundos, parece confundida.
—¿Que?
—Fue tu hermano, Ailish. Es obvio que ha sido él.
—No es posible... él nunca haría nada parecido.
La miro furiosa.
—¿Ah no? —le reprocho—. Y aquella noche, cuando Erea salió llena, ¿no lo atacó? Tu lo viste, viste como estuvo a punto de matarlo. Ese monstruo lo ha matado. —Me tiembla la voz.
Ailish titubea, sin saber qué responder.
—Pero... ¿por qué haría algo así?
—Porque es un monstruo, un monstruo descontrolado. ¡Asúmelo!—le suelto—. En cualquier momento se pudo haber transformado en esa... bestia. Y pudo haber atacado a Amrin, porque se odiaban. Eso es lo que hace el odio, nos vuelve salvajes; tan salvajes que a veces ni siquiera controlamos nuestros actos.
«Si de verdad lo supieras»
Alish no dijo nada, no había nada que pudiera añadir.
ESTÁS LEYENDO
Lazos de traición
FanfictionEsta es una historia de fantasía, inspirada en el maravilloso mundo de Memorias de Idhún. La historia transcurre a la par que la saga original, solo que contada desde los puntos de vista de otros personajes. Esperamos que os guste. Iremos publican...