Una semana después...
Nada más levantarme, alguien llama a mi puerta.
—Señorita Keress, ha venido una patrulla de szish preguntando por usted, dicen que es urgente.
Suspiro.
—Bien, gracias. Voy en un momento.
Termino de prepararme y bajo al vestíbulo. Allí me esperan, tal y como el consejero ha dicho, una patrulla de szish que parecía exhausta. ¿Habrían venido desde Drackwen?
—Ssseñorita Keressss —dice uno de ellos.
—Sí, ¿que ocurre?
—Hemosss venido en nombre de sssu padre, le necesssita en la torre de Drackwen cuánto antesss—dice entre jadeos.
Asiento.
—¿Algo más?
—No nosss ha dado másss información, sssolo ha dicho que esss urgente.
Aprieto el puño. ¿Qué quería ahora? ¿Habría decidido matarme por fin?
—Bien, saldré enseguida hacia allí.
El szish asiente y se retira junto con sus compañeros.
Voy a mi habitación a recoger mis cosas. Estoy envainando la espada cuando una voz por detrás me detiene.
—¿Es que te vas a algún lado?
Me giro y veo a Amrin apoyado en el umbral de la puerta, con el ceño fruncido.
—Es Ashran, tengo que volver a Drackwen.
Por un momento veo como la cara de Amrin se torna triste.
—Solo serán un par de días.—digo en tono tranquilizador.
—Espero que sea así.—dice él fríamente.
—¿Qué te pasa?
El joven aparta la mirada.
—Es que... no quiero que te vayas, me preocupa que te pase algo. Se que suena estupido, eres una asesina y todo eso pero aun así... tengo miedo.
Me dirijo hacia él y le beso suavemente, un beso corto pero bastante significativo. Durante esos segundos notó cómo nuestros corazones se compenetran.
—No me pasará nada, te lo prometo — le digo al oído.
Me dirijo a la puerta, pero justo antes de cruzarla Amrin me coge la mano, y me abraza cálidamente.
—Ten cuidado, por favor. No quiero echarte de menos.Nada más alzar el vuelo miro hacia en palacio, deseando volver pronto. El viaje transcurre con normalidad, no ocurre nada imprevisto, pero aún así noto una sensación extraña, como si algo malo fuera a suceder. ¿Qué es lo que querrá mi padre? Tengo un mal presentimiento.
El viaje se me hace largo y aburrido, pero a la vez volar me despeja la mente y me ayuda a pensar con claridad.
Decido buscar un sitio para descansar, ya está anocheciendo. Estoy un tiempo buscando cuando finalmente encuentro una cueva a los pies del monte Lunn. Donde —según los sangrecaliente— apareció el primer unicornio. Nunca me habían interesado esas historias, pero sentía cierta admiración por los unicornios, aunque nunca hubiera visto uno. De pequeña siempre iba al bosque y me quedaba horas quieta, esperando a que apareciera uno, pero nunca llegó a ocurrir nada. Aún así siempre seguía intentándolo, una y otra y otra vez.
Entro a la cueva y me apoyo en la fría pared de piedra, mis músculos están entumecidos y cansados, cierro los ojos y siento como mi cuerpo se relaja poco a poco. Noto como va oscureciendo hasta que la única luz existente es la de las lunas, Erea, Ilea y Ayea.
Estoy un tiempo perdida en mis pensamientos. Estas últimas semanas han sido especiales. Gracias a Amrin ahora mi vida tiene sentido, ahora tengo algo por lo que luchar. Y lo más importante, ahora siento que le importo a alguien.
Las horas se me pasan volando, y en un abrir y cerrar de ojos, empieza a amanecer. Decido ponerme en marcha cuanto antes, así llegaré pronto a la torre.
Me transformo y me dirijo a Drackwen. Al adentrarme en el bosque de Alis Lithban, empiezo a ver pequeños campamentos de hombres-serpiente, y algunos sheks rondando de aquí para allá.
Tras unos minutos de vuelo ya empiezo a ver la hermosa torre, que sobresale entre los árboles.
Aterrizó en la enorme terraza del piso superior (que originalmente fue creada para los dragones), me transformo en humana de nuevo y entro en la sala. Veo una figura humana dándome la espalda y me arrodillo.
—Padre.
—Llegas tarde —responde la voz de un hombre.
—Discúlpame, me pilló por sorpresa y...
—Sin excusas.
A continuación murmura algo que no logro entender, excepto una palabra: Kirtash. Aprieto los dientes irritada, siempre nos compara diciendo que él es mejor.
—Te he llamado para decidir qué hacer contigo. Eissesh me ha informado de tus movimientos. Ha dicho que pasas mucho tiempo con el rey, ¿algo que decir?
—Lo único que deseo es completar mi misión, quiero tener a mis enemigos cerca.
«Está mintiendo» dice una voz en mi cabeza. «¿Acaso crees que somos estúpidos? Este ser no es de fiar Ashran, deberías matarla» En ese momento veo con el rabillo del ojo una figura arrastrándose por el suelo, un enorme shek macho. Sisea amenazante, y me fulmina con la mirada.
—Zeshak, no intervengas
Imposible. ¿Era ese Zeshak, el rey de los sheks, el que había colaborado con Ashran y había sacrificado a sus hijos para crear a Kirtash? ¿Qué hace aquí, porque ha venido?
El shek sisea molesto y apoya su cabeza en el suelo.
«Vale...»
—¿Así que aún no has descubierto quién es? —dice dirigiéndose a mi.
—No señor.
—Entonces te quedarás aquí, en Drackwen. Esto me ha confirmado que ya no sirves para misiones tan importantes.
Analizó lo que ha dicho. La sola idea de no regresar a Vanissar, de no volver a ver a Amrin me genera un vacío en estómago.
—Pero si me dejas un tiempo más podré encontrar al traidor y...
—No me interrumpas —me corta secamente, fulminandome con la mirada.
Bajo la cabeza.
—Dame una oportunidad por favor.
—Porque iba a dártela, ¿porque iba a confiarte algo así?
—Tengo pensado ganarme la confianza del rey para sonsacarle información sobre el topo, creo... creo que sabe algo. Después de eso me desharé de él, lo mataré si quieres. Pero dame una última oportunidad, no te defraudaré.
Un largo silencio invade la habitación, solo interrumpido por la respiración del shek. Noto como a Ashran se le forma una siniestra sonrisa en el rostro, parece divertido.
—Tienes hasta que Kirtash termine su misión—dice en tono burlón—. Así que no te relajes, no tardará en encontrar al último dragón y al último unicornio. Si no cumples tu palabra te mataré. Ah, y por ahora no necesito que mates a ese estúpido rey. Pero es probable que debas matarlo, si causa problemas.
Levanto la vista, estoy demasiado sorprendida como para molestarme por su comentario.
—Gra-gracias padre, no te defraudaré.
«Es débil Ashran, no deberías darle otra oportunidad. Sabes que te va a fallar», interviene el shek.
—Tranquilo Zeshak, será su última oportunidad. Si me falla asumirá las consecuencias. Debemos explotar al máximo nuestro experimento—dice socarrón, enfatizando la última palabra.
ESTÁS LEYENDO
Lazos de traición
FanficEsta es una historia de fantasía, inspirada en el maravilloso mundo de Memorias de Idhún. La historia transcurre a la par que la saga original, solo que contada desde los puntos de vista de otros personajes. Esperamos que os guste. Iremos publican...