Me he metido en líos por haberle pegado al quejica del príncipe Kerion. El muy asqueroso (por no decir otra cosa) de él le ha contado a su padre que yo le había pegado sin motivo alguno. Supongo que el detalle de que me estaba acosando no es relevante.
Menos mal que Amrin me ha salvado de una buena.
El único precio que he pagado por una insignificante bofetada ha sido mi libertad. Ahora tengo gente vigilándome de cerca todo el tiempo, y me cuesta mucho encontrarme con Garin. Hasta ahora mis excusas han funcionado, pero a saber por cuánto tiempo.
Salgo cabalgando a caballo hasta el lugar secreto donde me reúno con Garin, una cueva al norte de Vanis. Cuando llego me está esperando apoyado en la entrada.
—¡Ya era hora!—bromea.
—Eh, que tú no tienes a unos szish siguiéndote a todas partes.
—También es verdad.
Entramos en la cueva. En su interior hay un dragón azul con escamas brillantes
—Es impresionante.
—Gracias se llama Enrial—dice dándole unas palmaditas—. Es de los mejores dragones.
—¿Confían en ti para que pilotes uno de los mejores dragones?
—Aunque no te lo creas soy un gran piloto.
—Así que voy a aprender del mejor
Antes de que pueda reaccionar, corro hacia el dragón rápidamente.
—¡Eh, espera!
Entro por la escotilla con Garin siguiéndome por detrás. Miro a todos lados sorprendida.
—Es increíble... ¿Enserio qué sabes pilotar esto?
Él me sonríe.
—Sí, y dentro de poco tú también.
—¿Y a qué estamos esperando?
Voy al asiento del piloto, por detrás Garin me señala y explica los diferentes movimientos.
—Para despegar tienes que dar...
—¿Aquí?—le interrumpo señalando un botón a mi derecha.
—Sí. ¿Cómo lo has sabido?
—Intuición, supongo.
Me mira sorprendido.
—Vale, pues una vez que sabes despegar tienes que aprender a manejar las palancas—me ayuda a colocar las manos y a hacer las maniobras. Poco a poco voy pillandole el tranquillo.
Después de estar un par de horas entrenando, salimos fuera a descansar, decidimos sentarnos en el césped.
—Eres un gran maestro.
—Aprendes muy rápido. Dentro de poco podrás pilotarlo de verdad, fuera de la cueva.
—De eso quería hablarte...
—¿Qué pasa?
Me giro y le miro a los ojos.
—Cuando aprenda a pilotar me gustaría... fugarme.
El chico se queda atónito.
—¿Fugarte?
—Sí. No soporto estar encerrada. Quiero ayudar a la rebelión.
—Ailish no estas preparada, y aunque lo estuvieras... es muy peligroso.
—Asumiré el riesgo.
—Pues yo no, no quiero perderte.
—Pues ven conmigo, ayúdame a fugarme y...
—Ailish es peligroso, además ya ayudas a los nuevos dragones quedándote en palacio. Es donde mejor estás ahora mismo, estás protegida.
—¿No crees que sea capaz de defenderme sola?—digo fríamente.— ¿No crees que pueda luchar con la rebelión?
Él me mira dolido
—No es eso. No quiero que te pase nada— me intenta agarrar la mano pero me aparto bruscamente.
—Claro, sería una faena que le pasara algo a tu vía de entrada al palacio.
—Ailish, lo hago por ti. No estás pensando con claridad.
—Pensaba que me apoyarías. Pero ya veo que no.
—Ailish, por favor...
Salgo corriendo enfurecida. Subo a Xalion y galopo de nuevo hacia el palacio. Necesito estar sola.
Tras estar un rato cabalgando empieza a llover pero decido seguir adelante. El camino se vuelve más difícil y noto que a mi caballo le cuesta avanzar.
Le estoy dando ánimos para que siga avanzando, cuando un trueno retumba cerca y se asusta. Me caigo para atrás, por suerte no me hago mucho daño. No puedo decir lo mismo de Xalion. Al asustarse se ha tropezado y dudo que pueda volver a andar de nuevo en un tiempo. Le ayudo a levantarse necesitamos encontrar un sitio donde resguardarnos.
Tras caminar bastante encontre una taberna en un pueblo a las afueras de Vaniss.
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Lazos de traición
FanficEsta es una historia de fantasía, inspirada en el maravilloso mundo de Memorias de Idhún. La historia transcurre a la par que la saga original, solo que contada desde los puntos de vista de otros personajes. Esperamos que os guste. Iremos publican...