Cap. 9

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Gane Kiryuu, ¿mi premio?-dije de forma burlona al bajarme del caballo.

-¿Qué tiene ese caballo en las patas? ¿Cohetes?-dijo al bajarse del caballo, estaba algo enojado.

-Karu fue entrenado por los del consejo para los coches, esos caballos tenían que ser muy rápidos, así que le inyectaban sangre de los purasangre, los demás caballos no resistieron la sangre, por lo cual Karu es el único que queda de esa manada-dije acariciando la grill de Karu.

-los del consejo están todos locos.

-siempre he dicho que los manden al manicomio, pero nunca me oyen-dije riéndome-pero lo más importante-me acerque a él, agarrándole de la cintura-mi premio.

-¿en serio, Kuran?-pregunto levantando una ceja, asentí-bien, pero la próxima vez que quieras algo así, te mando al hospital.

Lo atraje más hacia mí, mis fosas nasales se llenaron con su aroma, quede tan embriagado que tuve que controlar para mis colmillos no se dejaran ver, porque sabía si pasaba eso él se alejaría. Lo tenía cerca que perfectamente podía cobrar mi premio y asunto cerrado, pero quería, no mi cuerpo desea que ese momento se prolongara lo más posible. Zero tenía los ojos cerrados a la espera de mi beso, se notaba nervioso y a la vez ansioso, igual o más que yo. Junte nuestras frentes, su aroma me tenía loco, era el mejor aroma que había sentido en toda mi eternidad, él se mordió el labio inferior, una forma de mostrar lo ansioso que estaba. Cuando nuestros labios se rozaron, sentí la presencia de muchos vampiros a nuestro alrededor.

-¿lo sentiste?-pregunte algo indignado.

-por supuesto, Kuran-nos dimos vuelta quedándonos de espalda-son nivel E.

-si, a lo mejor mi esencia los guío hacia acá-dije, podía ver en nuestro alrededor muchos pares de ojos rojos mirándonos fijamente-justo en el mejor momento, tenía que aparecer esta escoria-comente.

-te puedes concentrar y dejas de tus calenturas-saco su Bloody Rose apuntando a tres vampiros que se le tiraron encima.

-mejor-dije encogiéndome de hombros.

De repente 5 saltaron hacía mí, a uno lo atravesé con mi mano sacándole el corazón, mientras que los otros se convertían en ceniza. No fueron los últimos a la par que eliminaba a los vampiros se escuchaba los disparos de parte de Zero. De repente deje de oír los disparos haciendo que me preocupara, me gire olvidándome de los nivel E, para ver algo que no me agrado lo más mínimo, Zero estaba arrodillado con una herida en el abdomen, la cual no dejaba de sangrar haciendo que mis ojos abandonaran el color café para tener un intenso color rojo. Muchos nivel E acorralaron a Zero por el aroma de su sangre, él no se podía mover a causa de la herida, quedando indefenso, pero yo tampoco podía hacer mucho ya que también estaba rodeado.

-Kuran… lar… gate-me ordeno entrecortado.

-olvídalo-dije mientras que los vampiros que me rodeaban se convertían en cenizas.

Corrí a donde estaba Zero, en el camino eliminado varios nivel E, pero por uno que eliminaba aparecían diez más, era agobiante. Al llegar al lado del cazador me puse detrás de él y le tape los ojos con mis manos.

-¿Q…que haces?-pregunto escupiendo un poco de sangre.

-salvarnos la vida-le dije al oído.

Mis ojos se volvieron más rojos mientras que una fuerte ráfaga cortante se formaba a nuestro alrededor, lace la ráfaga hacia nuestros agresores, convirtiéndolos en cenizas. La respiración de Zero se aceleró un poco al sentir el olor a ceniza y que no había más vampiros.

-listo-dije parándome-¿te puedes levantar?

-creo-dijo levantándose. Perdió el equilibrio, pero lo agarre antes que se cayera.

Suspire sonoramente, porque sabía lo que iba hacer Zero se enojaría. Coloque una mano en su cabeza, de repente de mi mano salía una luz violeta y al instante, el peli plata quedo inconsciente. Di un silbido, Karu apareció galopando junto con Lily. Subí a Zero al lomo de mi caballo, tome las riendas de los dos caballos para dirigirme a la mansión, la cual estaba muy lejos. Avanzamos unos cuantos metros, cuando me di cuenta que Zero estaba perdiendo demasiada sangre.

-¡mierda!-exclame-¿Qué hago ahora?-dije desesperado

Lily empezó a tirar de su rienda, fije mi vista a donde me mostraba la yegua dejándome ver una cabaña abandonada.

-definitivamente, eres igual a tu dueño-le acaricie la grill.

Nos dirigimos hacia la cabaña. Al estar ahí tome a Zero en brazos para entrar. La cabaña estaba algo descuidada, pero servía para descansar y curar la herida. Lo recosté en una cama, que estaba algo maltratada, pero servía por el momento.

Amantes de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora