Estaba en mi cama leyendo, lo cual se me estaba haciendo muy habitual, era algo relajador y me olvidaba de mis problemas por algunos minutos.
-Kaname-escuche casi en susurro desde la puerta del baño, desvié la mirada de mi libro para dirigirla a donde me llamaban, para ver a Yuki vestida con una lencería negra que contractaba con su piel y en una pose “sexy” en el marco de la puerta.
-¿sí? ¿Yuki qué quieres?-dije como si nada.
Avanzo a paso seductor, hasta montarse en la cama gateando como si fuera un felino por encima de mi cuerpo.
-¿Por qué no hacemos cosas más entretenidas que leer?-dijo quitándome el libro para después dejarlo en el velador.
Se sentó en mi regazo, empezó a besar mi abdomen, para ir subiendo hasta mi cuello donde rozo con sus colmillos, haciéndome estremecer, pero no excitación sino de rechazo.
-espera, Yuki-dije separándola de mi-no estoy de humor para esto-dije sentándome en la cama.
-pero puedo ponerte de humor-dijo besando mi cuello.
-no, en serio Yuki, hoy no-dije levantándome-mejor me voy, que tengas buenas noches-dije poniéndome mi bata de seda negra, para dirigirme a la puerta.
-ven aquí, Kaname-dijo antes de que cerrara la puerta de la habitación.
Me apoye en la puerta dando un sonoro suspiro, no sé qué carajo le pasa a Yuki pero no me gustaba en lo más mínimo. Me puse a caminar por los oscuros pasillos de la mansión, mis pies andaban sin rumbo, mi mente y mi corazón solamente tenían una sola imagen, la imagen de un peli plata, la necesidad de tenerlo crecía día a día, pero no podía, estaba casado y no quería hacer sufrir a Yuki, no sentía nada por ella, pero debía respetarla. De repente mis fosales nasales se llenaron con el olor de sangre artificial, seguí el aroma por la curiosidad de dónde venían y para mi sorpresa venia de la habitación de Zero.
-“Debe estar igual que yo”-pensé tomando la manilla de la puerta, la tentación de abrirla era tan grande, pero no debía, sabía que si entraba en esa habitación, Zero seria de nuevo mío y después me iba a volver de decir esas hirientes palabras, -“eso no debió suceder”-escuche en mi cabeza –“no, no debo, aunque me muera de sed y deseos de tenerlo, no debo”-pensé alejando mi mano de la manilla, me gire para retirarme, pero de repente mis fosas nasales se inundaron de un exquisito olor a menta, mis sentidos se pusieron a mil, mis colmillos se dejaron ver y mis ojos se inundaron de sangre, y sabía perfectamente de quien venía ese aroma. En un instante estaba dentro de la habitación, que estaba impregnada de su olor. Estaba todo desordenado y el suelo estaba mojado con sangre artificial, pero no había rastro del cazador, de repente oí el sonido del agua corriendo desde baño, donde venía el aroma de su sangre de manera más intensa. Mis pies automáticamente me llevaron hacia allá, me asome por la puerta para encontrarme la ropa de Zero en el suelo con un rastro de sangre y el espejo del baño estaba roto como si lo hubieran pegado un puñetazo, desvié la mirada hacia la derecha para ver la ducha con el cazador bañándose. Se me dibujo una sonrisa al ver a Zero, instintivamente me saque mi bata y mi pantalón del pijama, quedando desnudo para aproximarme a la ducha. Al abrir la puerta de vidrio, Zero no se percató de que había entrado en ella, al parecer estaba muy sumido en sus pensamientos, cautelosamente lo agarre de la cintura y lo acerque mi cuerpo besándole el cuello haciendo que pegara un pequeño salto por la sorpresa.
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Amantes de Sangre
FanfictionUna vida sin ninguna emoción... Así es como vivía Kaname hasta una noche de insomnio, unos ojos amatistas lo cautivaron