Los días avanzaron, Yuki estaba echando fuego por los ojos, estaba hastiada con la situación de Zero, ella reclamaba por todo lo referente a él, aunque Zero ni caso que le hacía, pasaba todo el día en mi habitación leyendo o escuchando música, yo lo acompañaba casi todo el día, pero cuando tenía que atender con mi deberes le pedía a Takuma o a Lady que estuvieran con él. Aidou y Kain estaban haciendo un trabajo espectacular con la cabaña, era ideal para Zero.
A las dos semanas, Zero tuvo que volver a sus deberes y, por desgracia, a su habitación, me estaba acostumbrado a dormir con él abrazados en la noche, esos momentos eran tan tranquilos, con esta situación la única que estaba feliz era Yuki.
Una mañana desayunando con todos, Lady interrumpió en el comedor con una carta en sus manos, la cual era para mí.
-¿de qué se trata, Kaname?-pregunto Yuki muy curiosa, le lance una mirada cómplice a Takuma, el cual negaba con la cabeza. Abrí la carta y aparente leerla.
-Lady, llama a Zero, por favor-pedí guardando la carta en el sobre.
-Sí -dijo antes de retirarse.
-¿Qué dice la carta, Kaname?-pregunto Yuki jalándome del brazo.
-quédate quieta-dije zafándome de su agarre-espera que llegue Zero.
A los minutos llego, con el cual nos lanzamos unas miradas cómplices, haciendo que Takuma negara con la cabeza.
-¿me mandaste a llamar, Kuran?-pregunto.
-sí, me llego esta carta de la asociación-anuncie agitándola-en la cual informa que te van a asignar el cuidado de otra mansión purasangre-anuncie, los ojos de Yuki se iluminaron como faroles.
-¿Cuándo me tengo que ir?-pregunto con voz firme.
-mañana a primera hora.
-muy bien, ahora si me disculpan me retiro a ordenar mis cosas-dijo antes de desaparecer por la puerta.
-todos se pueden retirar-pidió Yuki a los presentes-necesito hablar algo con mi esposo.
Todos me miraron, moví la cabeza indicando que hicieran lo que les pedía Yuki. Al estar a solas, Yuki me tomo de la mano para besarla.
-ahora vamos a ser de nuevo una pareja feliz-dijo mirándome a los ojos.
-¿a qué te refieres?-pregunte zafándome de su agarre.
-de que ahora sin Kiryuu vamos a poder seguir siendo un matrimonio-una sonrisa se dibujó en su rostro.
-si te refieres a lo del divorcio, no sé por qué piensas que el traslado de Zero va influir en ello.
-estoy segura que ese te ha metido cosas a la cabeza-dijo bufando enojada.
-estas muy equivocada, soy un purasangre y un hombre, por lo cual quiero ciertas cosas, que tú, mi esposa, no me has dado por más de un siglos, ¿en serio creías que yo iba aguantar eso?-dije levantándome de mi asiento.
-Kaname, te lo suplico no te divorcies de mí-suplico agarrándome de la mano-te juro que seré una buena esposa, pero no te divorcies-dijo con lágrimas en los ojos.
-lo siento Yuki, pero no puedo engañar a mi corazón y tú, Yuki, ya no estás en él-dije secamente zafándome de su agarre.
-Kaname-susurro.
-disculpen la intromisión-dijo Aidou entrando al comedor-pero, Kaname-sama necesito que revise unos papeles-dijo haciendo una mueca de incomodidad por la cara de Yuki al borde de las lágrimas.
-bien-dije alejándome de ella-Yuki, espero que sea la última vez que vea una escena como esta-dije antes de cerrar la puerta.
Con Aidou nos dirigimos a mi estudio en completo silencio, sé que Aidou quería mucho a Yuki y le molestaba que la tratara así.
-¿eso es todo, Aidou?-pregunte firmando el ultimo papel.
-sí, señor -dijo mirando el suelo.
-sé lo que piensas-dije-y me disculpo si mi actitud con Yuki te ha molestado, pero tengo que alejarla de mí, tú entiendes eso, al fin al cabo también tienes un amante de sangre.
-lo entiendo, pero Yuki-sama es mi amiga y me duele que ella sufra-dijo jugando con sus dedos.
-voy a intentar suavizar la situación con Yuki, ¿bien?
-le agradezco mucho, Kaname-sama-dijo con una infantil sonrisa.
-Aidou, mañana por la mañana Zero se va a instalar en la cabaña, así que tú a la hora después que vas a ir allá con la excusa que yo te mande hacer cosas urgentes al consejo y que vas a tener que ir casi todos los días-le informe.
-entiendo, Kaname-sama-dijo haciendo una leve reverencia-me retiro con su permiso.
Al estar a solas, solté un suspiro, sabía que Zero debía estar lejos de la mansión por el bien suyo y de nuestro hijo, pero la idea de que no esté cerca mío, aunque sea tan solo unas horas, me disgustaba, el no ver ese raro cabello color plata o esos ojos color amatista que siempre me miraban con lujuria o de forma desafiante, era como si un nudo se formara en mi pecho. Me levante de mi asiento decidido a ir a ver a Zero y darle mi despedida adelantada.
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Amantes de Sangre
FanfictionUna vida sin ninguna emoción... Así es como vivía Kaname hasta una noche de insomnio, unos ojos amatistas lo cautivaron