Cap. 16

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Algo me empezó a molestar en el rostro haciéndome abrir los ojos lentamente para que los rayos del sol le dieran de lleno en ellos, solté un gruñido dándome la vuelta abrazando algo que estaba a mi lado, entere mi rostro en unos cabellos llenando mis fosas nasales con un exquisito color a menta.

-mmm… Zero-musite adormilado

Zero se movió al ser pronunciado, dio un leve bostezo para después darme un golpe en el estómago.

-auch… ¿y eso?-me queje, haciendo que el peli plata se riera y se sentara encima de mí.

-fue porque me duele el trasero-dijo-y esto por la exquisita noche que me diste-se inquino hacia mi dándome un beso.

Mis manos se pasearon por su espalda hasta llegar a sus glúteos donde el agarre fuertemente haciendo que el cazador soltara un sonoro gemido.

 -me encanta esta forma de despertar-susurre sobre sus labios con una sonrisa impregnada en el rostro.

-a mí también, pero-dijo separándose de mi-tenemos que levantarnos, falta muy poco para el desayuno y no querrás que sus fieles nobles sepan de tu actividad nocturna.

-me pongo el pijama y me voy a mi habitación-dije estirándome.

-creo que será mejor que te bañes-dijo mirándome fijamente.

-¿estoy muy sucio?-

-mírate en el espejo-

Me levante para dirigirme a la espejo de cuerpo entero y al verme, me di cuenta a lo que se refería Zero. Mi abdomen, rostro, brazos y piernas los tenían manchados con sangre y semen.

-estoy un desastre-dije mirando a Zero, quien estaba igual o peor que yo-hay que bañarnos juntos-decidí

-no creo que sea muy buena idea-dijo mirándome dudoso.

-nada de eso, está decidido-lo agarre de la mano y lo arrastre al baño para meternos en la ducha.

-¿Quién lo decidió?-pregunto-hey, esta helada-se quejó al llegarle el chorro de agua fría de golpe.

-yo lo decidí, quien más-dije dedicándole una sonrisa.

-eres un egocéntrico-dijo rodeando mi cuello con sus finos brazos.

-y tú, un gruñón-dije atrayendo su cuerpo al mío.

-eres un narcisista-dijo rozando sus labios con los míos.

-y tú eres delicioso-dije acorralándolo contra la pared para darle un fogoso beso.

Zero, me alejo de él jalándome de los cabellos solo para encajar sus colmillos en mi cuello haciéndome soltar un gemido de placer ante la sensación tan exquisita, alcé a Zero haciendo que este rodeara sus piernas en mi cadera sin dejar de beber de mí, de repente mis ojos se tiñeron de rojo intenso haciéndome lamer su cuello para después profanar ese delicado cuello con mis colmillos...

El agua limpiaba nuestros cuerpos manchado por el pecado mientras que nos saciábamos con la sangre del otro…

Amantes de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora