Amantes de Sangre

Cap. 25

Nos quedamos hablando unos segundos, hasta que Zero quedo profundamente dormido, haciendo que Cross y Yagari decidieran irse, pero prometiéndonos que estarían muy pendientes de la situación de Zero. Por suerte como a la media hora que se fueron llego Yuki, venía muy feliz pero al verme sus semblante cambio de forma sorprendente, estuve hasta a la medianoche revisando unos papeles que Kain me pidió que viera y que firmara. Me dirigí a mi habitación, al entrar me encontré con Zero leyendo un libro.

-pensaba que estabas durmiendo-dije poniéndole seguro a la puerta.

-lo estaba, pero me despertó una pesadilla-dijo desviando la mirada del libro.

-hace tiempo que no tienes pesadillas-comente sentándome a los pies de la cama.

-si... a lo mejor es por mi condición.

-mañana se lo preguntas a Takuma-dije levantándome para dirigirme al baño.

-¿quieres que me bañe contigo?

-no... aunque me encantaría, pero no puedes esforzarte mucho-dije antes de cerrar la puerta del baño.

Al meterme a la ducha deje que el agua tibia corriera por mi cuerpo, provocando que mis músculos se relajaran ente el contacto del agua. Apoye mi cabeza en la pared, viniéndome a la mente todo lo que paso en el día, pero lo mejor era que Zero me iba a dar un hijo, no importaba de qué sexo fuera ese bebé sino que también era hijo de Zero.

Al salir de la ducha, me seque el cabello y me puse el pantalón del pijama. Al abrir la puerta, Zero estaba sentado en la cama mirando fijamente a la puerta del baño.

-¿me estabas esperando?-pregunte en tono divertido.

-Sip-dijo dedicándome una sonrisa destapando el lado izquierdo de la cama, invitándome a que me acostara.

Solté una risita y me fui acostar a su lado, se giró para quedar al frente de mí e hice lo mismo, nos quedamos viendo por unos largos minutos, hasta que mi mano viajo hacia su mejilla, donde acaricie.

-eres muy hermoso-dije de repente.

-no digas eso-dijo avergonzado.

-pero es la verdad, no me arrepiento de nada de lo que he hecho-dije juntando nuestras frentes.

-yo tampoco me arrepiento-susurro rozando nuestros labios-aunque mi vida corra peligro.

-Zero, te juro por la memoria de mis padres que no dejare que nada te pase, ni a nuestro hijo-dije tocando el vientre de Zero-aunque tenga qu...-los labios de Zero me interrumpieron, el beso era lento, tierno y lleno de amor.

-ya sé eso mucho antes que me lo digieras, engreído-susurro con una tierna sonrisa.

-pero, nunca me voy a cansar de repetírtelo.

-eres persistente, sanguijuela-dijo riéndose.

-no me digas así-dije mirándolo fijamente a los ojos.

-¿Por qué? ¿Te molesta?

-no solo que si me lo vuelves a decir, voy a mandar mi autocontrol al carajo-dije agarrándole de la cintura acercándolo a mi cuerpo.

-entonces, me quedo callado-dijo riendo-porque el doctor Takuma recomendó que por el momento actividad sexual, tiene que ser cero-dijo recargando la última palabra.

-mejor durmamos, que hoy ha sido un día muy agitado y tú necesitas mucho descanso-dije besándole la frente.

Zero me di otro beso en los labios para girarse dándome la espalda, apegándose a mí. La mano de Zero agarro la mía y la ubico en su vientre donde entrelazo nuestros dedos.

-se siente extraño estar así, tranquilos, en la cama como una pareja normal-susurro mirando hacia la ventana.

-¿te molesta?-pregunte alzando un poco la cabeza.

-para nada, es que me gusta mucho sentirme así-dijo acurrucándose entre mis brazos.

-¿Cómo te sientes?

-protegido, pero sobretodo querido-susurro algo adormilado.

-siempre te protegeré y te querré, porque hasta que nos moramos seremos uno-le susurre al oído.

-no seas tan engreído-dijo riendo-siempre seré tuyo.

-duerme-susurre besándole el cabello.

A los segundo Zero se quedó profundamente dormido, me quede velando su sueño por largos minutos, nunca me cansare de mirarle, él hacía que mi corazón inmortal se sintiera cálido, vivo...