Cap. 1

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Estaba caminando en las penumbras de mi mansión, no podía conciliar el sueño, a pesar que compartía mi cama con mi amada esposa, era como si estuviera durmiendo solo, era frustrante solamente deseaba tenerla entre mis brazos y besarla con locura, pero no podía. Ella pensaba que era muy joven para tener hijos provocando que tuviera miedo de intimar conmigo, Yuuki era unos cuantos años menos que yo, y a pesar de no envejecer ella seguía pensando que tenía 15 sabiendo que eso era mentira.

Me senté en un sillón al frente de la chimenea con una copa de vino en la mano, hasta que un muchacho de cabellos plateados interrumpió la tranquilidad de mi soledad.

-lo siento, no sabía que estabas aquí-dijo

-no te preocupes Kiryuu, siéntate… si quieres-dije indicándole el sofá que estaba completamente a su disposición.

-gracias-se aproximó al sofá, en donde se sentó abriendo un grueso libro.

Él era, Zero Kiryuu, es cazador, la asociación de cazadores lo mando a vigilar las estancias de mi hogar, le tiene cierto resentimiento respecto a los vampiros, por el hecho que una vampira purasangre mato a toda su familia en frente a sus ojos y lo transformo en vampiro, cuando cumplió 17 años cazo a la purasangre y bebió de su sangre para salvarse de caer en el nivel E, ahora era solamente un vampiro común y corriente que se encargaba de la vigilancia.

-Kuran, ¿no deberías estar en tu cama?-pregunto sin quitar la vista de su libro.

-sí, pero no podía quedarme dormido-dijo tomando un sorbo de vino-¿y, tú nunca duermes?-

-en teoría no, tengo demasiadas pesadillas para dormir, pero mi cuerpo ya está acostumbrado a ello-dijo cogiéndose de hombros.

Me quede observándolo, no me había dado cuenta lo bello que era, su piel era como la porcelana más fina del mundo; su cuello largo dándole un toque de elegancia la cual era corrompida por el tatuaje de forma de cruz que tenía al lado izquierdo; sus ojos de un raro color amatista y sus cabellos era de color plata, a pesar de ser un hombre tenía una contextura fina, pero desafiante como la de un felino y su mirada mostraba odio y pasión a lo que veía en su alrededor.

-tengo un mono en la cara que me miras tantos-dijo de una forma muy grosera.

-solamente me quede examinándote, eres muy guapo para ser un hombre-dije mirando el fuego.

-mejor porque no examinas a tu esposa en vez de a mí-cerro su libro de golpe para dirigirse a la puerta.

Al pasar al lado mío, lo agarre de la mano, intento zafarse, pero yo era más fuerte.

-deberías ser más respetuoso con tu rey-me levante quedando frente a frente.

-tú nunca serás mi rey-gruño intentado zafarse de nuevo.

-lo soy, eres un vampiro así que me debes obediencia-lo acorrale en la pared al lado de la chimenea-eres muy apetecible-dije lamiendo su cuello para morderlo, Zero se tensó enseguida.

-aléjate de mí-me puso su arma debajo de la mandíbula, me aleje lentamente de él-me vuelves a tocar, ¡te mato!-salió como alma que lleva el diablo del salón.

Solté una risita, Zero era muy grosero y altanero, ningún vampiro me había tratado de esa forma ni menos me había amenazado. Él era como un animal salvaje que necesitaba adiestramiento...

Amantes de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora