Cap. 33

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Cuando en la mansión, se enteraron de lo sucedido todo fue llanto. Ruka, no se tomó muy bien la llegada de Zero y le echaba la culpa por la muerte de Yuki. Rima, estuvo igual, pero al final entendió como eran las cosas y termino aceptándolo.

-creo que es un poco exagerado-comento Zero, mirando la pieza que había mandado a decorar para nuestro hijo.

-quiero que nuestro hijo tenga todo, que nunca le falte nada-dije abrazándole por la espalda.

-con nuestro amor le basta y le sobra-dijo riendo.

-mira lo que puse-lo jale de la mano hacia la cómoda color blanco.

-Kaname-dijo asombrado.

Encima de la cómoda habían fotos de nosotros cuando pequeños junto con nuestras familias, también habían fotos con nuestros amigos, todas eran fotos significativas.

-Yagari, me ayudo con tus fotos-tome mi favorita-sobre todo con esta.

-Ichiru-sus ojos se cristalizaron. En la foto salían él y su hermano cuando tenían 9 años abrazados, con un helado cada uno y sonriendo a la cámara.

-quiero que nuestro hijo vea todos los días a la personas importantes en nuestras vidas.

-es la mejor decoración que se te pudo haber ocurrido-su rostro era atravesado con una inmensa sonrisa.

-me alegro que te haya gustado-le bese en la frente.

-siento la interrupción,-dijo Lady desde la puerta de la habitación-Kaname-sama, Asato-sama lo está esperando en el estudio.

-ese anciano-gruñí-Zero espérame en el habitación, mientras me deshago de la basura.

Asintió con una sonrisa burlesca en el rostro. Junto con Lady me dirigí a mi estudio, donde Asato me esperaba vestido totalmente de negro, de luto.

-¿Qué desea, Asato-san?-pregunte enseguida, con Zero en la mansión me apetecía en lo más mínimo su presencia acá.

-en nombre del consejo vengo a darle nuestras, más sinceras, condolencias-dijo haciendo una reverencia.

-se lo agradezco enormemente-dije sentándome en mi silla-estoy algo ocupado, por lo cual si eso es todo a lo que vino, le pido que se retire.

-hay otro tema que me gustaría hablar con usted-se sentó al frente mío.

-dígame.

-me entere que Kiryuu Zero, está viviendo de nuevo acá-dijo con una sonrisa en el rostro, sonrisa que me daban ganas de borrar con un puñetazo.

-efectivamente, Zero está viviendo de nuevo conmigo-afirme.

-me gustaría llevármelo para que me ayude en mi mansión, obviamente si usted no tiene ningún inconveniente-dijo muy seguro de sí.

-lamentablemente eso no va suceder-dije con sutil sonrisa.

-¿Por qué?

-si me acompaña, va ver porque Zero no puede irse con usted-dije levantándome de mi asiento.

Salí del despacho seguido por Asato, quien tenía el ceño profundamente fruncido, ni se imaginaba con lo que se iba a encontrar. Caminamos hacia mi habitación en total silencio, al llegar llame a la puerta.

-¿Quién?-pregunto Zero desde dentro.

-Zero, soy yo-respondí-vengo con alguien-le advertí.

-no hay problema, pasen.

Al abrir la puerta, me encontré con Zero sentando en mi diván leyendo un enorme libro, que se veía bastante antiguo, como estaba con el libro en el regazo no se notaba su muy abultado vientre.

Amantes de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora