Vacaciones ; 2/2

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-¿Por qué casi todas las pertenencias son de Jian?- interpela Tian, bajando las maletas y siendo ayudado por su esposo.

-Nunca se sabe.- dice el albino, auxiliando al lobo que casi se le cae la valija encima- Quizás hace mucho frío, o mucho calor. Kyon es muy sensible de piel, al igual que yo, por lo que llevamos nuestras cremas a todos lados. Además, puede que suceda algún hecho inesperado y nos obligue a quedarnos varados en ésta isla y...

-Bosque, Jian, estamos en un bosque.- corrige Mo, recargandose en la camioneta y bebiendo el agua de una botella que le pasó el pelinegro. Poco a poco iba tomando su color natural, dejando el pálido que había en su tez, al igual que los mareos.

-El punto es que Zheng ensucia y rompe la ropa con facilidad así que...- fue nuevamente interrumpido.

-Ese eres tú, Jian.- habla el castaño, saliendo por la puerta de la cabaña al comprobar que todo estuviera en orden. El susodicho forma un mohín, desviando la mirada al lago que estaba cerca, allí podían ver claramente a sus cachorros jugar.

-¡Yun, deja en paz a Yong, lo ahogaras!- exclama el conejo, viendo que la pelirroja metía la cabeza de su hermano en el agua, éste logró zafarse y tirar a la menor, mojándola por completo. Mientras tanto, Kyong trataba de detenerlos por miedo a que algo malo les sucediera.- Bueno -el pelinegro viró a sus amigos, sin importarle que sus hijos no le hicieran el mínimo de caso-, ¿quién tiene hambre?

(...)

Al ser una familia conformada por depredadores y presas, todos ellos eran vegetarianos. Los carnívoros respetaban a sus parejas e hijos, por lo que cambiaron su menú cotidiano sin que ellos se los pidieran. Yong nunca sintió interés por la carne, incluso un día cuando era pequeño, en la fiesta de cumpleaños de un amigo, le preguntaron si quería brochetas de conejo y él lloró como un condenado pensando que era su hermana a la que habían cocinado.

Siendo así, la mesa en el patio trasero se encontraba llena de cualquier comida a exceptuada la carne, desde los frutos del bosque que le encantan a Zheng hasta las brochetas asadas que le gustaban a los más jóvenes. Sin embargo, no todos los integrantes de la familia estaban reunidos al rededor del festín.

-¿Cuanto les tomará? ya he puesto la mesa, empezaré a comer si no vienen rápido.- bufa Jian, a lo que Tian rueda los ojos, hace un buen rato que anda molestando.

El conejo le envía una mirada suplicante a su hija que está sentada en el otro extremo de la mesa, no obstante, ella finge demencia y le ignora, volviendo su vista al vídeojuego tras robarse unos trozos de zanahoria.

-Sólo ha pasado una hora, ya deben estar por llegar.- alega con calma el pelinegro, ocultando el hecho de que en realidad está preocupado por su cría y pareja.

Ambos lobos se adentraron en el bosque con el propósito de juntar leña para la fogata de la noche, así como también Zhan y Kyon para cazar peces, pues el castaño sugirió un tiempo de padre e hijo. Por otro lado, Jian, Tian y Yun se quedaron en la cabaña para terminar de acomodar sus pertenencias.

-Pa -llama la pelirroja-, ¿después iremos a nadar?

El menor de los He sopesa su respuesta, el albino a su lado también está expectante a la contestación.

-No veo por qué no.- dice finalmente, encogiéndose de hombros con resignación y cruzando sus brazos sobre el pecho, sus ojos no se despegan del sendero por donde deberían aparecer los otros- Pero nada de ahogar a tu hermano.- agrega.

La coneja echa un resoplido pero no discute nada más, su padre sabe que aún así lo hará.

Los siguientes minutos duran una eternidad, el albino cumple con lo anteriormente dicho y prueba uno que otro bocado mientras habla del clima con la niña, Tian no se une a la conversación banal, en cambio, ve si su celular tiene aunque sea una mísera raya de señal.

TianShan ¦ Drabbles ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora