TianShan ¦ Drabbles ¦

Hacedle recordar a Mo no invitar a sus amigos a casa nunca más ; 1/3

Un viernes por la tarde, en la casa que He Tian y Mo compartían, estos últimos tenían tres visitas.

Quienes gustosamente se acomodaron como si fuese su propio hogar, ya fuese saqueando tanto la despensa como la heladera, desacomodando los cojines y poniendo los pies sobre la mesita de té.

Guanshan observó como el albino devoraba el contenido de una bolsa de frituras en tanto disfrutaba de la comodidad que le proporcionaba su preciada mesa de centro.

Ugh.

Una silueta saltando a su alrededor le sacó de sus pensamientos homicidas y decidió prestarle un poco de su atención a cierta pequeña castaña.

Quien repetía su nombre como si no hubiera un mañana.

-Sí, ya te escuché- bajó un apenas la cabeza para verla, no es que la mocosa fuese un enano, solo era para hacerle sentir mayor, en fin-, ¿qué necesitas?

-¿Puedo tomar la caja de donas que están arriba de la repisa?- preguntó, poniendo una cara de cachorro abandonado con la que, suponía, controlaba a su hermano.

Y vaya, ahora yendo a su cuestión, no se esperaba que alguien notara donde se encontraba la caja de donas, SU caja de donas. Trató de usar su mejor cara de confusión antes de hablar.

-¿Cual caja? no creo tener una.- respondió, haciendose el desentendido.

-Mire, yo le muestro.- contestó, tirando de su brazo y remera en tanto señalaba la cocina.

Le causó algo de gracia que le tratara de "usted", aunque no sabía si sentirse halagado o un vejestorio, pero ahora eso no debía importarle sino el peligro que corrían las rosquillas.

Se dejó guiar hasta ahí porque no quería que la niña rompiera su prenda amarillenta favorita.

Al entrar vieron a He Tian y Zheng haciendo sándwiches para todos mientras charlaban de algo que, consideró, sin importancia.

»¿Lo ve? ahí están.

Apartó la mirada del culazo que se cargaba su pareja, para pasar a ver el rostro de la joven; inocente y lleno de ilusión por las deliciosas masas dulces.

Vale, que era una niña menor a él, no sería tan difícil decirle "no".

Solo debía buscar las palabras correctas y el tono de voz adecuado para-

No sabía en qué momento ocurrió, pero cuando se dio cuenta, ya estaba de puntillas alcanzando la caja de donas.

-¿Pero cómo...?- logró pronunciar, pero unas delgadas manos arrebataron la caja de las suyas.

-¡Gracias, hermano Mo!- cantarruneó la chica antes de cruzar el marco de la puerta.

Se quedó viendo la nada por varios segundos, en realidad, no supo cuanto tiempo estuvo así, pero sí que dejó de hacerlo para no quedar como un estúpido.

Se sentó en una de las sillas cerca de la isla y supuso que aun seguía con el rostro desencajado en una mueca de confusión por la para nada discreta risa de sus acompañantes.

-¿Vieron eso? estaba ahí y al segundo ya no y ella se llevó mi caja y, y...- paró y comenzó a negar por las idioteces que salían de su boca- Zhan, me debes una.- demandó.

El mencionado hizo un gesto despreocupado pero aun así asintió, terminado de colocar el ultimo sándwich en el plato.

Los tres volvieron a la sala; el castaño con la bandeja, el pelinegro con latas de cerveza en un brazo y con el otro rodeando el hombro de su novio, diciéndole que él le compraría todos los dulces que quisiera, solo que a cambio debía hacer lo que él quisiera, el pelirrojo negó respondiendo a esto con que no iba a vender su cuerpo por golosinas, aun si por dentro pensara que era una buena oferta, después de todo, ambos salían ganando.

Fuera de eso, en un rápido resumen; al ser viernes el ultimo dia de la semana, prepararon una reunión especialmente para terminar sus tareas y así poder tener el finde(*) desocupado. Aunque la pareja no tenia idea que la hermana de Zheng se sumaría y este último explicó que su madre no estaba en casa y no quería dejar a Zhan Zi Qian sola, así que vio buena idea traerla con él.

(*): abreviación de fin de semana.