Koishiwasurai ;

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Otra vez esa horrible sensación.

Su garganta ardía y podía sentirla como si estuviera apunto de regurgitar una piedra.

Pero lo peor es que no estaba equivocado.

Con prisa, su mano tomó un pañuelo que siempre traía consigo y lo llevó a su boca al mismo tiempo que de ella salía una pequeña piedrilla con un inquietante tono rojizo.

Mo la observó con desagrado, y no precisamente porque le dé asco, sino por el significado del por qué aparecía.

Con desgano, puso la razón de sus malestares dentro de una bolsita, junto con las otras del mismo color.

Guanshan encontraba razonable que fueran así por su cabello y ojos.

Sin darle muchas vueltas al asunto y acostumbrado a aquella situación, se dedicó a observar sin un ápice de disimulación a cierto pelinegro.

Se encontraba charlando con sus amigos, siempre sonriente, siempre deslumbrante, tal vez eso y su gran atractivo lo llevaron a ser popular.

Con tan sólo verlo o tocarlo accidentalmente, como hace unos segundos al chocar su hombro tras pasar por su lado, sin poder evitarlo, escupe una peculiar joya parecida a un rubí.

Mo se recargó en una pared cercana a la ventana y a una distancia prudente de ese grupo de personas, pensando qué es lo que le llamaba la atención de ese tipo que con frecuencia le molestaba, recordando así que había pasado un tiempo desde la última vez que estuvieron a solas.

Sus ojos se encontraron por unos segundos y por inercia, ambos llevaron sus manos a la garganta con discreción.

Antes de que Guanshan se preguntara si fue por pura casualidad, Jian se acercó a él y sólo por eso pudo notar que el albino venía desde donde estaba Tian.

—¡Pelirrojo!— canturreó, deslizando su brazo por sobre los hombros contrarios— ¿te encuentras bien?

El mencionado le miró con confusión y asintió levemente.

—¿Por qué?— cuestionó, sin entender.

—Porque desde hace rato te estás tocando el cuello— señaló el lugar indicado—, en realidad, yo no me había dado cuenta, fue He Tian quien dijo que viniera a preguntarte.

El ojirubí hizo una mueca de incredulidad e iba a responder, pero fue interrumpido.

—Ven, te acompañaré a la enfermería, tal vez estás por tener un resfriado. Mejor prevenir que lamentar.— sermoneó el menor, llevándole prácticamente a las arrastras.

Una vez allí, Jian se fue apenas llegaron y Guanshan agradeció eso en su interior.

Un fuerte olor a hospital le molestó pero no tardó mucho en acostumbrarse a él, en una esquina de la habitación estaba Lixue, la enfermera.

Cuando ella notó su presencia se asustó a tal punto que casi tira al suelo los medicamentos que estaba ordenando.

—Por favor toma asiento— habló con algo de nerviosismo ella—, en unos segundos terminaré aquí.

El pelirrojo asintió y se acomodó en uno de los sofás cerca del escritorio. Él estaba enterado de los rumores acerca de la mayor, se decía que su personalidad era muy introvertida y que por eso se le dificultaba tratar a los alumnos, pero su pasión por la medicina era tanta que podía sobrepasar ese inconveniente.

Mo no creía en los chismes, pero se hacía a la idea de que ese fuera verdadero.

—Entonces, ¿en qué puedo ayudarte?— inquirió una vez llegó a su lado.

TianShan ¦ Drabbles ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora