TianShan ¦ Drabbles ¦

¿Un perro? ;

—Tía, ¿me alcanza la sal? Por favor— sonriente preguntó He Tian a la madre de Mo.

He Tian solía ir a pasar las cenas con su amante y esa noche no era la excepción.

—Claro.— le devolvió la sonrisa la mujer, llevando el tenedor con comida a la boca y soltó un suspiro— Hijo, ¿por que tú no eres así de educado que He Tian?

El pelirrojo refunfuño mientras comía.

— Él nunca cambia, ¿verdad Mo Zi?— el pelinegro llevo su mano a la cabeza del contrario, revolviendo sus cabellos.

Guan Shan le dió un pisotón a su pareja, quien soltó un bajo quejido.

—¿Te encuentras bien?— preguntó preocupada la pelirroja ante la leve mueca de dolor que apareció en el mayor.

— Si, solo me dio un calambre.

— Mo, hoy en la mañana cuando fui a comprar los víveres encontré un perro idéntico al que tanto te gustaba cuando niño, fue tan nostálgico...— sonrió de lado la mujer, adentrándose en sus recuerdos.— aunque no estoy segura, parecía realmente él, tenia un leve corte en la oreja derecha igual que en el pasado...

— Mamá, no pienses en eso ahora...  ¿que tal si vas a descansar? yo me encargare de los platos.— dijo mientras juntaba los utensilios.

— Esta bien. He Tian, es tarde deberías quedarte a pasar la noche.— sugirió la adulta mientras se acercaba a su hijo y besaba la frente de este, en un gesto de buenas noches.

— Me encantaría, tía.— sonrió besando el dorso de la mano de la fémina, quien río.

Una vez que la madre de Mo subió a su recámara, el pelinegro se acercó al menor que se encontraba enjabonado los platos con suma calma.

—¿De que perro hablaban?— curioso pregunto, aun sabiendo que el ojirubí no le contestaría, aunque grande fue su sorpresa cuando este le respondió.

—Cuando era niño le pedí a mi madre si podía quedarme con un cachorro que encontré en la calle, pero ella se negó por que a mi padre no le gustaban.— suspiró cansado, el mayor en silencio abrazó al contrario esperando aliviar la angustia que sentía.

[...]

He Tian estaba de muy buenos ánimos y eso se notaba a leguas. Había pasado una semana desde lo ocurrido en una de las tantas cenas que pasaba con los pelirrojos.

Semana en la que hizo hasta lo imposible para conseguir el canino que Guanshan extrañaba, y resultaba que este había sido llevado a un refugio, de donde lo saco y llevo a la veterinaria para las vacunas correspondientes que necesitaba.

Aunque tenía algo de temor por lo que pudiese estando él animal en su casa, mientras él iba al colegio.

Pero lo valía si con eso hacia feliz a su pelirrojo.

Pelirrojo al que vio de lejos, caminando por los pasillos, mirando algún punto inexistente.

—¡Mountain!— llamó caminando hacia él.

—¿Que quieres ahora?— hablo desganado.

—Pequeño Mo... me lastimas.— bromeó tocando su pecho, haciendo una mueca dolida.— Adivina qué.

—Para que adivinar, si me lo puedes decir y ya.

El pelinegro bufó cual niño regañado.— Le quitas lo divertido a la vida.

— Me dijeron que hoy estuviste de muy buen humor, ¿que te puso así? ¿Acaso le diste otra paliza a She Li?

—No, pero me gusta la idea.

—Bueno, ya. ¿Qué es?

—Lo sabrás cuando vayas a mi casa hoy después de clases.

Guan Shan estaba dispuesto a maldecir al contrario pero la campana sonó, indicando el vuelta a clases.

[...]

La jornada había terminado y ambos jóvenes se dirigían al hogar del pelinegro, como este antes había dicho.

Una vez que llegaron He Tian estaba por abrir la puerta cuando una idea se le cruzo por la cabeza.

—Mo... ¿podrías cerrar los ojos?— el pelirrojo dudó, pero ante la extraña amabilidad del otro, hizo caso y cerró sus párpados. Escuchando como la cerradura ceder ante la llave y el sonido rechinante de la puerta abriéndose.

Fue guiado por el mayor, entrando en el interior de la casa.

—Ya puedes abrirlos.— escucho a su lado.

Cuando los abrió, rápidamente estos se llenaron de lágrimas y un ladrido le dio la bienvenida.

Este perro aparecerá en futuros caps, tal vez en algunos, tal vez en todos.

Perdonen las faltas, no tuve tiempo de corregirlas.