38. Lo Perdí

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Hailey

Escuchamos golpes insiste tes del otro lado de la puerta.

—¡Hailey, abre la maldita puerta! —exige la voz de Travis, claramente enojado.

Miro a Trevor, preocupada, y noto que tiene los ojos desorbitados. Se ve más pálido de lo normal y mira a todos lados, buscando algún escondite.

Pero algo me dice que Travis escuchó lo suficiente para saber que no estoy sola aquí. Y Dios sabe que nada se interpone entre la furia de Trav y su pobre víctima.

—¿¡Ahora qué hacemos!? —cuestiona Trevor, gritando por lo bajo.

Eso mismo me pregunto yo.

Veo la puerta fijamente, pensando qué demonios hacer a continuación.

Si Trav ya sabe que estoy aquí encerrada con Trevor y escuchó algo de lo que dijimos —que, basándonos en su actitud agresiva, parece ser el caso— solo nos queda enfrentar la situación de una vez por todas, decir la verdad y...

Atreverme a perder a Trav.

Maldita sea, nunca debí haberme acostado con Trevor.

Es muy tarde para eso, ¿no te parece?

Ignoro mi propio comentario e inhalo aire, tratando de buscar una solución en la que no hayan malentendidos ni amistades rotas.

—¡Hailey! —llama Travis, cada vez más furioso.

—Jones... —murmura Trevor, nervioso.

Exhalo.

—Afrontamos las consecuencias.

Y antes de que pueda arrepentirme o acobardarme, me encamino hacia la puerta, le quito el seguro y la abro.

La imagen de un Travis muy enojado me recibe de lleno. Tiene el rostro tan rojo, que las pecas de sus pómulos no se distinguen.

Conecto mi mirada con la suya, sintiendo como me tira dagas con los ojos.

—¿Es verdad? —pregunta en voz baja. Aunque no lo menciona, sé a qué se refiere.

Escuchó lo que Trevor dijo.

—Sí —le respondo con la voz queda, mirando a Emma, quien se encuentra detrás de mi amigo. Modula un "lo siento" mudo, pero no le contesto, esperando la reacción de Travis.

Él cierra los ojos, y durante unos segundos reina el silencio.

—¿Trav? —lo llama su hermano.

—Así que este era el secretito que me estabas escondiendo —me dice, ignorando a Trevor.

Incapaz de hablar, asiento con la cabeza.

Travis suelta una risa incrédula y se pasa ambas manos por el cabello.

—Es que no me lo puedo creer... —murmura, negando con la cabeza—. ¿Por qué coño no me lo dijiste antes?

—Iba a contártelo, pero...

—¿¡Pero qué!? ¿Preferiste usarme otro poco? —vocifera, liberando la rabia que estaba tratando de contener.

Cierro mis ojos y me obligo a mantener la calma.

No llores, no grites. No llores, no grites. Las emociones fuertes no son buenas para la bebé...

—No creí que fuera el mejor momento para... —empiezo a decir, pero Travis me interrumpe.

—¡Ah, claro! ¡Así que lo mejor era esperar hasta el último momento!

—Trav, cálmate —le pide Trevor, interponiéndose entre su hermano y yo.

Padre de Mentira [COMPLETA] (FDM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora