Padre de Mentira [COMPLETA] (FDM #1)

3. Rey del Drama

Hailey

—¿Qué demonios voy a hacer? —se lamenta el castaño mientras cierra la puerta de su casa—. Emma va a odiarme.

Dios, por favor dame paciencia para aguantar a este tonto y no matarlo.

Por si no lo sabían, Travis es el rey del drama. Toma la cosa más insignificante y la hace la razón de todas y cada una de sus desgracias, maldiciones y cagadas. Sé que este asunto sí es serio y tiene más de una razón por la cual preocuparse, pero ya van a ver de lo que hablo.

—Travis, Emma te ama —trato de consolarlo—. Ella no podría odiarte aunque quisiera.

—Hailey, esta vez no estoy exagerando —me contradice—. Ella te matará, luego me matará a mí y arrojará nuestros cadáveres en el río más cercano.

Levanto una ceja y lo miro con los ojos entrecerrados. Luego las exageradas somos las mujeres.

—Trav, estoy 99,9% segura de que eso no pasará.

—¿Y qué pasa con el 0,01%?

—¡Déjate de pendejadas! —espeto en un chillido—. No trates de retrasar las cosas y camina de una vez por todas.

Estamos por reunirnos con Emma, mi amiga y novia de Travis, para explicarle todo lo que pasó.

Luego de darle muchas vueltas, ayer quedamos en vernos con ella. Así que henos aquí, a punto de decirle que yo, como la gran amiga que soy, metí a Trav en un embrollo tan terrible que todo el mundo creerá que estoy embarazada de él.

No hay forma de que esto salga mal.

—Cimini di ini viz pir tidis —repite con voz chillona. Lo miro entrecerrando los ojos y empiezo a caminar, sabiendo que el castaño me sigue el paso.

Luego de tantos años de amistad, se aprende a interpretar a la otra persona. Sus expreciones, miradas y hasta los silencios cobran sentido con el paso del tiempo.

Ahora mismo estamos sumidos en un silencio algo tenso, pero no llega a ser incómodo. Travis está inmerso en sus pensamientos, probablemente imaginando los mil y un escenarios que pueden ocurrir al decirle a Emma mi fantástico plan.

—Travito, pareces un oso panda ¿Dormiste anoche? —pregunto cuando noto unas pequeñas bolsas oscuras bajo sus ojos.

Cuando escucha mis palabras, las preocupaciones que rondaban por su cabeza se fueron para darle paso a una aún mayor. Abre los ojos y se golpea la frente con la palma de la mano.

—Oh, mierda. El video... —Se pasa las manos por el rostro con frustración y detiene su andar.

—¿Cuál video? —Por favor, que no sea lo que estoy pensando—. No me digas que te grabaste mientras Em y tú...

Se quita las manos de la cara para mirarme con los ojos abiertos de par en par.

Okay, parece que no era eso.

—Hailey, estás enferma —declara al mismo tiempo que empieza a caminar de nuevo, esta vez más rápido—. No, no es nada de eso.

—Entonces, ¿qué te tiene así? —cuestiono cuando doblamos en la calle de Emma.

—Me enviaron un video en el que tú y yo nos estábamos besando como si el mundo se fuera a acabar.

Dejo de caminar.

Paren el mundo.

¿¡Qué coño acaba de decir!?

No, no, eso no puede ser. Debe ser un video falso.