15. Imbe, el Imbécil

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Hailey

—Hailey, odio ocultarle cosas a mi Travy —confiesa Emma. A pesar de estar hablando por teléfono, puedo notar el pesar en su voz.

—En mi defensa, tú me pediste que te dijera quién es el padre de Embi —me excuso.

—¡Pero nunca pensé que fuera él! —chilla exasperada—. De todas las personas que hay en el mundo, vas y te revuelcas con...

—Sí, sí, ya sé con quién me revolqué. No necesitas recordármelo.

Luego de nuestro paseo por el parque con Travis, Emma me llamó para contarme que su querido novio quiso sonsacarle el chisme, pero ella evadió el tema y a la final no le dijo nada. Gracias a Dios.

Sé que piensan que soy una persona horrible —incluso yo me lo digo a veces— pero si Trav llegara a enterarse de la verdad, se volvería loco, fuera de bromas. Si Emma le está mintiendo, es por algo.

Amo a Travis, en serio. Ha sido mi cómplice, mi confidente y mi pilar desde que tengo memoria. Sí, es un idiota, pero es una de las mejores personas que existen en el mundo.

Trav no merece que le ocultemos la verdad y yo no merezco un amigo tan genial como él, estoy consciente de eso. Pero también sé que podría volverse loco si supiera la identidad del padre de Embi.

La verdad lo perjudicaría todo. Travis estaría destrozado por completo, acabaría con nuestra amistad y probablemente nunca volvería a dirigirme la palabra. Soy incapaz de imaginarme un mundo sin Travis, sin sus chistes estúpidos y sus bromas pesadas, sin sus dramas o locuras.

Tal vez eso me haga egoísta, pero prefiero mantenerlo a mi lado con una venda sobre los ojos a que sepa mi secreto y me abandone para siempre.

—Mira Em, estoy algo cansada...

—Sí, yo igual —contesta la rubia, suspirando—. Fue un largo día, creo que iré a dormir. Nos vemos en la escuela, Lee.

Y corta la llamada sin esperar mi despedida.

Emma está enojada y lo comprendo. Al confesarle todo, yo sabía que ella estaría obligada a guardar el secreto conmigo. Tal vez debí cerrar la boca por una vez en mi maldita vida, pero ya es muy tarde para arrepentirse. Lo hecho, hecho está y ahora solo me queda confiar en que Em no le diga nada a Trav.

Dios, las cosas se complican cada vez más. Las mentiras a mis padres, el acosador por mensaje, el secreto sobre el padre de Embi y ahora además debo preocuparme por que Emma no vaya y le cuente nada a Travis. Y eso sin contar que aún falta esconder el embarazo de toda la escuela.

En momentos como este desearía nunca haber mentido en primer lugar. Ser madre soltera habría sido muchísimo más sencillo que este embrollo en el que nos metí a Travis y a mí.

Uf, tanto estrés da hambre.

Decido ir a la cocina y robar un par de galletas. O tal vez cinco, cinco galletas suenan bien. Cinco, diez o veinte, quién sabe.

Salgo de mi cuarto y trato de bajar las escaleras sigilosamente para no despertar a mis padres. Pero vaya sorpresa que me llevo cuando los veo a ambos plantados en la cocina cuando entro.

—Hija, tenemos que hablar —No, por favor, esas palabras no. La miro con los ojos desorbitados, y antes de que se me ocurra una excusa decente para abandonar la habitación, mamá añade—. Saqué algunas galletas para que comas mientras tanto.

Por otro lado, sería descortés rechazar las galletas e irme.

Confundida, me siento en una de las sillas disponibles y, sin perder tiempo, tomo una galleta y la devoro.

Padre de Mentira [COMPLETA] (FDM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora