Padre de Mentira [COMPLETA] (FDM #1)

1. La Peor Mejor Amiga

Hailey

—¿¡QUE QUIERES QUE HAGA QUÉ!? —vocifera al mismo tiempo que salta en su sitio. Abre tanto los ojos, que parece que en cualquier momento se saldrán de sus órbitas.

Apenas levanta la voz salto para colocar una de mis manos sobre su boca y aplacar su bulla.

Estoy consciente de que este "favorcito" que le pedí no es para menos: su reacción es comprensible, pero nunca imaginé que se fuera a poner así. Se ve tan diferente al Travis indiferente y relajado que se tira pedos con la axila.

Sí, Trav es un asco.

—Deja de gritar como un demente.

—¿Demente yo? La que está demente eres tú si crees que voy a decirle a todo el mundo que el bebé que estás esperando es mío —niega frenéticamente con la cabeza—. Hailey, por favor, ¿cómo se te ocurre pedirme algo así?

Okay, admito que no es la mejor idea que he tenido. Sé que debo parecer la peor mejor amiga del mundo, pero todo tiene un motivo. Sería más fácil decirle toda la verdad, pero si Travis supiera...

No, imposible. Trav no puede enterarse de la verdad por nada del mundo.

Rápidamente busco algún pretexto para esquivar su pregunta.

—¿No eres tú quien se la pasa diciendo que los amigos siempre están ahí para apoyarse? —le pregunto con tono recriminatorio. El castaño bufa.

—Claro, cuando pierdes a un familiar o repruebas un examen, ¡pero no para esto!

—Trav, sé que lo que te estoy pidiendo es muy egoísta —digo, acercándome a él. Me detengo lo suficientemente cerca como para ver las pecas que cubren sus pómulos, y pongo mi mano sobre su hombro—, pero en serio necesito que hagas esto por mí.

Travis se queda callado, sin mover un músculo. Sé que está tratando de recobrar la tranquilidad para no decir cosas que pueda lamentar, ya que su talento es decir las cosas menos apropiadas en los peores momentos.

—Hais, no puedo hacerlo. Lo siento.

"—Hailey, lo siento mucho, pero no puedo hacerme cargo de tu bebé —dijo con la mirada baja.

—¿Mi bebé? Yo no me embaracé sola, tú también estuviste ahí. También es tuyo.

—¿Cómo puedes asegurar que es mío? No has sido una mansa paloma estas semanas."

No vayas ahí, me digo mentalmente. Travis no es él.

Me obligo a volver al presente y dejar esos malos recuerdos en el rincón de mi mente al que pertenecen. Vamos Hailey, olvídate de ese imbécil de una vez por todas.

Aunque estoy acostumbrada a que Travis me acompañe en cada locura que se me ocurre, entiendo por qué se niega a mi petición; ni siquiera yo hubiera aceptado. No sé qué me cruzó por la cabeza cuando se me ocurrió pedirle esto. Puede ser mi mejor amigo, pero no está obligado a acceder a todas mis peticiones.

Tal parece que él tiene razón: la demente soy yo.

Suelto un largo y pesado suspiro antes de encogerme de hombros.

—Bien, sé reconocer cuando pierdo —digo mientras asiento con la cabeza—. Iré con mis padres a decirles todo. Reza por que no me maten.

A pesar de que noto que intenta decirme algo, dejo mi habitación antes de pensarlo dos veces y me arrepienta de lo que voy a hacer. Debo aprovechar la repentina valentía que tengo antes de que pueda echarme para atrás.