20. Travis Merece La Verdad

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Hailey

Hailey: AUXILIO

JayJay: ¿Ahora qué pasó?

Hailey: mamá quiere bajarse en la escuela conmigo para decirle al director que estoy embarazada y que me dé oportunidad de presentar los exámenes luego

JayJay: Disculpa si no entiendo, pero eso es algo bueno, ¿no? Ahora desearía estar embarazado.

Hailey: estás loco? cada vez más gente se entera del embarazo

JayJay: Amiga, dentro de algunos meses vas a tener la barriga tan grande como una sandía. Todos se darán cuenta cuando te vean.

JayJay: Y sino, lo notarán cuando lleves a un bebé a dondequiera que vayas.

Hailey: odio cuando tienes razón

JayJay: Amiga, yo SIEMPRE tengo la razón.

—Hailey, suelta el teléfono —Me regaña mi madre antes de golpear con su puño la puerta del despacho del director. Luego de unos segundos, una voz grave nos indica que podemos pasar y abro la puerta.

El director Widows es un hombre bajito, arrugado, rechoncho y casi completamente calvo, los pocos mechones que le quedan son canosos. Siempre usa camisas de vestir y corbatas a juego, y siempre tiene alguna mancha de comida sobre ellas: esta vez no es la excepción, puesto que su apretada camisa verde tiene lo que parece ser salsa de tomate.

Widows es un anciano bastante entrometido y chismoso, razón por la cual desearía no decirle nada sobre Embi, pero Jayden tiene razón: tarde o temprano todos se darán cuenta. Y si puedo atrasar la fecha de entrega de mis trabajos y presentar los exámenes después, supongo que es mejor para mí.

Una vez dentro de la oficina, que está llena de condecoraciones y medallas de exalumnos, mi madre y yo tomamos asiento una junto a la otra sin decir una palabra. Desde que formó aquel escándalo sobre Emma en la clínica, las cosas han estado algo tensas entre nosotras.

—Buenos días, ¿a qué debo su presencia hoy? —pregunta el director Widows, mirándonos a mamá y a mí, inquisitivo.

—Director Widows, vine para explicarle la situación actual de Hailey —empieza mi madre, con preocupación en su voz—. Verá, hemos tratado de mantenerlo en secreto para no llamar la atención, pero Hailey está embarazada, y creo que está pasando por una etapa de depresión...

—Mamá, ya te dije mil veces que no estoy deprimida —replico, cansada de la misma escena. Hemos tenido esta conversación al menos una vez cada día de la última semana.

—Hailey, tienes una semana sin hablar con nadie; ni siquiera Travis —señala como si fuera gran cosa—. Comes poco y duermes menos, y eso no solo te afecta a ti...

También afecta a Embi.

No es lo que parece, ¿okay? No estoy deprimida ni nada por el estilo. Solo... Es la culpa corroyéndome. Estos últimos días he estado soñando con Imbe, haciendo que cada vez duerma menos.

"Luego de la acalorada escena que protagonizamos en el ascensor, nos encontrábamos en su habitación. Esa lujuria desenfrenada que corría por mis venas hace unos instantes seguía ahí, latente, aunque no con la misma fuerza.

Yo me encontraba parada en medio del cuarto sin saber qué hacer. Había un denso silencio sobre nosotros. Aunque tanto él como yo queríamos hacerlo, ninguno sabía cómo proceder. Ambos sabíamos que yo no debía estar ahí, que no era lo correcto.

Estaba a punto de echarle la culpa al alcohol por el arrebato pasional en el ascensor para tratar de huir, cuando él caminó hacia mí lentamente, mirándome directo a los ojos.

Padre de Mentira [COMPLETA] (FDM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora