Capitulo 11

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UN JUEGO DEL DESTINO DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO 11

Mansión Kishaba

Suikotsu:
Hija estoy muy complacido con tu compromiso, el señor Taisho es un buen hombre, joven, apuesto, que te hará muy feliz.

Rin:
Que bueno que estés feliz padre.

Suikotsu:
Cómo no estarlo, tu elección ha sido la mejor.

Rin:
Padre, iré a mi habitación, estoy algo cansada.

Esto no tiene sentido, como... En qué momento paso todo esto, no deseo que ese hombre esté cerca de mi, no lo quiero, pero papá está tan feliz, no puedo causarle un dolor.

Se recostó en su cama a llorar, hasta que el sueño la venció.

Al día siguiente, cada quien se encontraba en sus labores.

Señorita Rin, el chófer del señor Taisho la espera.

Rin:
Gracias, ahora bajo.

Midoriko:
Estás preciosa, no hagas esperar a tú prometido.

Rin:
Si claro, todo esto es por ti.

Al salir de casa, encontré a un señor muy amable, abrió la puerta del carro, en instantes subió y nos dirigimos a nuestro destino, miraba cada lugar atravez de la ventana, el camino era largo, pero no me molestó, hubiera querido quedarme más tiempo en ese carro, al bajar vi un edificio imponente, como su dueño.

En la recepción

Rin:
Buenos días, el señor Taisho me espera.

Buenos días, siga al sexto piso.

Subí al ascensor, estaba nerviosa no quería estar en ese lugar, podría perfectamente solo irme, pero el rostro de papá me venía a la mente, así que solo decidí seguir, el ascensor se abrió en el sexto piso, al salir vi una secretaria, no me dio buena espina, se notaba porque el señor Taisho la tenía allí, no había que ser muy inteligente para saberlo.

Rin:
Buenos días, tengo cita con el señor Taisho.  

La mujer me miraba, como si fuera un bicho raro.

Sara:
Esta en una llamada importante, no puedo molestarlo.

Rin:
Lo esperaré.

Sara:
Como quiera.

Sesshomaru:
(Hablando por teléfono)
Naraku te dejo, debe estar por llegar Rin, luego te llamo.

El platinado revisaba unos papeles los cuales tenía que firmar, así que leyendo y autorizando se le paso el tiempo, cuando se dio cuenta, ya había pasado más de una hora.

Sesshomaru:
Que raro que Rin no haya llegado.
(Teléfono)
Jaken dime, fuiste por la señorita Rin.

Jaken:
Si joven, la dejé en la empresa, hace un poco más de una hora.

Cortó la llamada, Sesshomaru se dispuso a salir de su oficina, camino hacia Sara, su secretaria, cuando vio en la sala de espera a Rin, leyendo una revista, se dirigió a ella.

Sesshomaru:
Señorita Kishaba.

Rin:
Buenos días señor Taisho. 

Sesshomaru:
Pensé que se había perdido, la esperaba hace rato.

Rin:
Hace más de una hora lo estoy esperando, su secretaria me dijo, que está muy ocupado.

Sintió como la sangre le hervía, tomo a Rin de la mano, y camino hacia su secretaria.

Sesshomaru:
Dime la razón, por la que no me dijiste que ella estaba aquí.

Sara:
Señor Taisho, supuse que estaba ocupado.

Sesshomaru:
Maldita sea, no te pago para que supóngas.

Tomando a Rin por la cintura.

La señorita Kishaba es mi prometida, no la tienes que anunciar, ella puede pasar cuando lo deseé.

Aunque Rin sospechaba que entre ellos había algo, se sorprendió gratamente, pues no pensó que el platinado hiciera tal aclaración.

Sara:
(Bastante furiosa)
Que¡¡¡ Pensé, que tú y yo.

Sesshomaru:
Sigue con tú trabajo.

Caminaron hacia la oficina

Adelante siéntate, en cuanto a lo de hace un momento,
yo...

Rin:
No te preocupes, no tienes que decir nada, es obvio que un hombre como tú, salga con alguien.

Sesshomaru:
Eres mi prometida, y como tal te daré tu lugar, en cuanto al matrimonio, ya pensaste en una fecha.

Rin:
El día que tú escojas, para mí está bien.

Su mirada estaba triste, cómo aquella vez en el parque, tal vez me oculta algo, ni siquiera se atreve a mirarme, pero es hermosa.

Él la miraba con tal intensidad, que quería ver atravez de su alma.

Sesshomaru:
Dime porque estás así, no quiero ser una obligación para ti, si no deseas casarte, solo dimelo, y terminamos con esto...



(θ‿θ)

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